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24 octubre 2008

Los bebes y los perros

Para la mayoría de las personas que tenemos perro, conocer la noticia de que seremos papás, al tiempo que hacernos sentir una gran ilusión, nos genera un gran temor; que nuestro perro tenga una reacción negativa hacia el bebé. Afortunadamente el temor se disipa en cuanto empezamos a organizar la adaptación a la nueva situación y comprendemos que puede resultar sencilla, siempre que preveamos los cambios que se avecinan, tanto en las rutinas como en el comportamiento, que a partir de ahora, esperaremos de nuestro perro.

Antes de la llegada del bebé
Hay que empezar cuanto antes a mostrar a nuestro perro cuales van a ser esos cambios. El propósito es que, cuando llegue el bebé, pueda comportarse de un modo conveniente para todos y poder evitar, en lo posible, sustos o accidentes innecesarios.

Estas son las nuevas conductas y hábitos que debes empezar a practicar con tu perro:
• Reafirmar la obediencia practicando órdenes que entienda y acate inmediatamente. Sería conveniente practicar ejercicios en este sentido.
• Acostumbrarlo a los nuevos horarios de paseo y de comida si fuese necesario. Las primeras semanas de vida de un bebé, se viven en casa a un ritmo frenético y lo normal sería la adaptación de las rutinas del animal a las de la nueva situación.
• Permitir que olisquee y se familiarice con la zona del bebé y con sus enseres; ropita y juguetes. Esto permitirá que el perro identifique positivamente a nuestro hijo cuando llegue a casa.
• No olvides someter a tu perro a frecuentes controles veterinarios para verificar su buena salud y descartar infecciones y posibles parásitos.

Cuando el bebé ya esté en casa
Con la llegada del bebé, tu perro deberá asumir que a partir de ahora su protagonismo se verá disminuido. Es importante que, a pesar de todo, el animal no se sienta excluido de la nueva situación. Enséñale a querer a tu hijo, no pierdas los nervios si no se está comportando de la manera esperada, ten paciencia y sigue insistiendo en las nuevas conductas.

Aquí tienes unos sencillos consejos para favorecer la integración:
• Al llegar a casa con el bebé, saluda a tu perro como de costumbre y permite que él también conozca al recién llegado. Puedes sentarte con el bebé firmemente cogido y permitir que tu perro lo pueda ver y oler.
• Permite la presencia de tu perro cuando estés manipulando al bebé. Al principio el animal se puede mostrar nervioso y deseoso de participar en todas las nuevas situaciones. Hablándole tranquilamente y con paciencia, conseguirás que poco a poco acabé por normalizar estos momentos sin prestarles demasiado interés.
• Dedica a tu perro unos minutos al día exclusivamente para él, que pueda sentir que pese a las importantes novedades en vuestras vidas, lo esencial no ha variado.
• No dejes solo al bebé con el perro. Pasadas unas semanas comprobarás que tu perro se ha adaptado perfectamente a la nueva situación, pese a todo no bajes la guardia, se trata de un animal y podría tener reacciones imprevistas.
Unos apuntes respecto a la higiene:
• No olvides lavarte las manos con jabón después de manipular al animal, especialmente en los primeros meses de vida del bebé.
• No permitas que el perro lama al bebé, insiste en la costumbre de mantener las distancias.

Cuando el bebé ya camina
Mientras el niño no camina es fácil controlar lo concerniente a la higiene. Esto cambiará radicalmente cuando nuestro bebé se pueda desplazar por él mismo. Llegado el momento, tendremos que evitar que el niño tenga acceso a las zonas del perro; especialmente al comedero y a la cama. Aunque seamos muy pulcros con la higiene de los enseres de nuestra mascota, nunca sería lo suficiente, ya que no podremos evitar la tendencia de los niños pequeños a chupar o introducirse en la boca todo lo que puedan manipular.

Aquí tienes unas buenas reglas de higiene:
• Enseña a tu hijo a respetar las zonas del perro. Si fuese necesario, retira de su alcance la cama y el comedero.
• Anima a tu hijo a lavarse las manos después de jugar con el animal, sobre todo antes de comer.
• Evita que el niño bese al animal, especialmente en la zona del hocico.
• Pon especial atención en la limpieza del suelo, sobre todo si tu hijo es de los gateadores.
Tener un perro en casa puede resultar muy positivo para toda la familia, especialmente para el desarrollo afectivo de nuestro hijo. Los niños que han convivido desde el inicio de sus vidas con animales, suelen mostrarse muy receptivos en la aceptación de normas al estar habituados a responsabilizarse de pequeñas tareas con su perro. Por otro lado, el hecho de dedicarles continuamente tiempo y cariño, puede dotarles de una especial sensibilidad y respeto hacia los animales.

Guía de Vacunas

Enfermedad
Vacunación inicial
Revacunación
Moquillo
6 a 16 semanas
1 año
Hepatítis infecciosa
6 a 16 semanas
1 año
Leptospirosis
6 a 16 semanas
1 año
Parainfluenza
6 a 16 semanas
1 año
Parvovirus
6 a 20 semanas
6 meses a 1 año
Rabia
3 a 6 meses
1 a 3 años
Coronavirus
6 a 20 semanas
6 meses a 1 año
Siempre se aconseja consultar con su veterinario

10 Cosejos esenciales para la hora del cepillado


1) Acostumbrarle a la rutina del cepillado y del baño desde los primeros meses de vida.

2 ) Fijar una hora del día para el aseo: mejor en los momentos en que se encuentra más relajado; por ejemplo, después de comer.

3 ) A medida que se hace viejo, aumentar la frecuencia del cepillado, pues con la edad irá descuidando su higiene personal.

4) Aprovechar el cepillado para comprobar si hay Indicios de la presencia de parásitos (costras, excrementos, etc...).

5) No descuidar el pelo próximo a los ojos, sobre todo en gatos de pelo largo y de color claro; mucha atención también a las razas con tendencia al lagrimeo como el Persa. Para ello, usar una gasa humedecida con agua y reti­rar las impurezas de esta zona; secar igualmente con una gasa.

6) Con los pelos próximos a las orejas y zona bucal habrá que proceder de la misma forma. En el caso de recibir un alimento húmedo, extremar aún más las precauciones, pues si quedaran restos de comida alojados en los pelos próximos a la boca, pronto se convertirá en foco de bacterias y problemas dermatológicos.

7) Las caricias también forman parte del ritual del aseo: con ellas arrastramos el pelo muerto y ayudamos a mantener la suavidad del manto.

8) Recompensar su buen comportamiento durante el cepillado con juegos o una golosina.

9) Procurarle una alimentación equilibrada con todos los nutrientes importantes, proteínas de calidad (no olvides que el pelo aca­para una buena proporción de este nutriente) y ácidos grasos esenciales.

10) No existe necesidad alguna de cortar el pelo de un gato silo mantenemos limpio y bien cepillado. Sin embargo, tampoco supone un delito efectuarle un corte anual, en verano, para favorecer un pelo fuerte y sano y, sobre todo, ayudarle a superar las altas temperaturas.

15 octubre 2008

Intoxicación en Perros

Los perros tienen gustos muy diversos, por lo que las plantas del jardín, los productos químicos e incluso el jarabe para la tos pueden resultarle tan apetitosos como un bol lleno de comida. Por desgracia, su sentido común no esta tan desarrollado como sus papilas gustativas, razón por la que muchos perros sufren de intoxicaciones. La causa más habitual son los pesticidas y los medicamentos. Los pesticidas suelen dejarse a su alcance, la gente el guarda en el garaje, por lo que los perros pueden acceder a ellos con facilidad. Los medicamentos son la segunda causa más habitual de intoxicación ya que también se dejan en cualquier sitio.

La intoxicación grave resulta espeluznante. Sucede rápidamente y los síntomas son muy variados, según el veneno. Lo cierto es que, una vez que aparecen los síntomas, dispone de poco tiempo para salvarle la vida. En algunos casos lo que usted haga antes de ir al veterinario puede ser tan importante como lo que sucede una vez en la consulta.

Consejos de los veterinarios en caso de intoxicación:

Identifique el veneno:

Cuanta mas información pueda darle al veterinario, menos tiempo tardara este en aplicarle el tratamiento adecuado. Por esta razón, merece la pena tratar de averiguar que ha ingerido su perro.

Huela su aliento:

Los derivados del petróleo como la gasolina y el queroseno desprenden un olor fuerte y especial que se distingue fácilmente en el aliento.
Observe si hay hemorragia: Los perros que sangran por la boca, la nariz o el ano pueden haber injerido raticidas. Estos contienen warfarin, un producto químico que provoca hemorragias.

Observe su boca:

Si las encías y los labios presentan un color rojo brillante, puede haber estado expuesto a monóxido de carbono.

Busque el causante:

Eche un vistazo por la casa y el jardín en busca de paquetes vacíos cuyo contenido fuera algo venenoso. Mire si faltan medicamentos en el baño o en su bolso.

Mire en la despensa:

Alguno de nuestros alimentos, sobre todo el chocolate, son perjudiciales para los perros. El chocolate fundido contiene altos niveles de un compuesto toxico para los perros llamado teobromina. Bastan 110gr. Para intoxicar a un perro de 14 Kg.

Lleve las pruebas consigo:

Cuando este seguro de qué ha ingerido su perro, meta en una bolsa la sustancia restante y llévesela al veterinario. Las etiquetas de los productos incluyen información muy importante sobre los ingredientes y, en algunos casos, sobre los primeros auxilios. Si comunica dicha información previamente a su veterinario, este estará preparado.
La intoxicación no siempre causa vómitos, pero si es así, recoja una muestra y póngala en una bolsa de plástico. Tal vez su veterinario la necesite para analizarla y saber así que ha consumido exactamente su perro.

Purgue el veneno:

En muchos casos de intoxicación lo mejor es provocar el vomito del perro. Esto se debe hacer solo si:

1) Está seguro de que ha ingerido el veneno durante esa última hora.
2) Está seguro de que el veneno no es un álcali fuerte, un acido o un derivado del petróleo
3) Su perro esta consciente y alerta.

La manera mas fácil de provocar el vomito es darle agua oxigenada (una solución del 3%).Déle una cucharada por cada 7 ó 9 Kg. de peso. Introduzca el líquido en una jeringa sin aguja e inserte la punta en la parte lateral de la boca de su perro, justo detrás de los colmillos. Deje que el liquido se introduzca poco a poco; si su perro cierra la boca es que lo esta haciendo demasiado rápido. La mayoría de los perros vomitaran a los cinco minutos.

No obstante, si la primera vez no funciona, inténtelo de nuevo. Si su perro sigue sin vomitar, no haga nada más hasta que llegue el veterinario. Intente darle huevos o leche cuando no pueda provocarle el vomito, para aliviar el ardor y así neutralizar el estomago.

Via: aperrados

El perro más alto del mundo

El perro más grande del mundo con vida registrado por el guinnessworldrecords se llama Gibson y mide exactamente 107 cm. de estatura. Este record se registró el año 2004 y desde entonces nadie ha sido capaz de quitarle el titulo de ser el perro vivo más alto del mundo.

Este Gran Danés Arlequín es propiedad de Sandy Hall de Grass Valley, California, EE.UU. y ha participado en numerosos eventos mostrando su gran tamaño. Según he podido leer cuando este pequeñín cuando se pone en dos patas alcanza una estatura de 2,13 metros.

¡¡¡Es más alto que yo!!!

Via: aperrados

Mi gato o mi pareja

Si tu gato estuvo acostumbrado durante muchos años a ser el centro de tu atención, la llegada a tu hogar de una nueva pareja podría acompañarse de cambios en su comportamiento.

Los gatos pueden ser la mejor compañía para aquellas personas que viven solas. Delicadas, mansas, y amigables, estas mascotas podrían lograr establecer un muy fuerte vínculo con quienes necesiten de una compañía en su hogar.

Sin embargo… ¿Qué sucede cuando, luego de formada esta férrea relación, otra persona llega para convivir en el hogar? - Más de una vez, se han visto casos que vuelven a formar pareja, ante lo cual sus gatos adoptan todo tipo de reacciones adversas, como por ejemplo orinar por todas partes.

Parecería obvio que estos actos son una muestra directa del odio o celos que los gatos sienten hacia los nuevos huéspedes, pero, dando por supuesto que el animal no se saldrá con la suya, y no lo elegiremos por sobre nuestra nueva pareja… ¿habrá alguna forma de solucionar esto sin tener que desprendernos de la fiel mascota que tanto ayudó en los momentos de soledad?

Primero y principal, debe saber que existe la probabilidad (que no es baja) de que el gato, en realidad, no odie a su pareja, sino que haya otros dos factores que estén influyendo en esta conducta: en primer lugar, su natural necesidad de marcar su territorio frente a la llegada de otros seres, y en segundo, un aumento del estrés y el nerviosismo, a causa de la llegada al hogar de una persona nueva, y por consecuencia de una nueva rutina de vida. Tanto la primera como la segunda condición, o ambas, podrían provocar estas conductas.
Por cierto que, además, la llegada de la nueva persona al hogar podría ser sólo una coincidencia, y de hecho el gato podría tener este comportamiento por otros motivos, sobre todo si ya ha dado alguna señal del mismo en el pasado.
Si sospecha que, efectivamente, este podría ser el caso, debería llevar a su gato a un veterinario cuanto antes, ya que el mismo podría estar sufriendo de alguna condición médica, como una infección o incluso diabetes, que lo lleven a comportarse de este modo, y el hecho de que otra persona haya llegado al hogar sea tan sólo una mera coincidencia.

Pero si comprueba que, efectivamente, es la llegada de su nueva pareja la que está modificando la conducta, probablemente sí estemos hablando de un problema de celos, estrés y territorio.
Para esto también podría concurrir a su veterinario, con el objetivo de consultar sobre la posibilidad de suministrar a su gato una medicina ansiolítica suave, y ver cómo lograr limitar el territorio a un área más pequeña, que le permita aclimatarse más gradualmente al nuevo ritmo de vida.

En este último caso, asegúrese de que en ese lugar, el gato tenga alimento, agua, juguetes, una caja sanitaria, y algo lugar para rasguñar. Además, no olvide pasar un tiempo con él todos los días, para acariciarlo y juguetear.

A los gatos les puede costar mucho adaptarse a los cambios, pero si logra ordenarle un poco su nueva vida, le hará un gran bien.
Una vez que su gato empiece a sentirse más cómodo en el nuevo ámbito hogareño, que incluirá la presencia de su pareja y otro tipo de nuevas rutinas, seguramente aceptará mejor los cambios, y se podrá permitir una mayor libertad.

Con todo, asegúrese de que cualquier área que el gato haya marcado previamente, haya sido limpiada completamente con un limpiador enzimático, para evitar que el gato vuelva a sentir su olor, y, consecuentemente, a marcarlo.
La paciencia es un elemento clave - Lo importante será que tanga paciencia con el gato, ya que, con el tiempo, muy posiblemente encontrará la forma de adaptarse y superar esta transición.

Para el caso de que pasen más de uno o dos meses, y usted no vea ninguna mejoría en la conducta del animal, consulte a su veterinario para saber si existe alguna otra forma de solucionar este problema, posiblemente mediante un programa hecho a la medida del caso específico que usted le presenta.

Via: foye

08 octubre 2008

Periodos de ciclo sexual felino

¿Cuántas veces hemos perdido los nervios con nuestra mascota felina cuando ésta en celo? Esto es algo habitual. Y es que la sexualidad del gato se caracteriza por ser muy fuerte y acentuada por la frecuencia de los periodos de celo en las hembras. Éstas no paran de maullar y de restregarse contra nosotros pidiéndonos con sus gestos y ronroneos que las acariciemos y las tratemos con cariño. Este tipo de acciones pueden llegar a resultarnos molestas si la gata insiste. Pero esto no termina aquí.


Existen, además, otro tipo de manifestaciones mucho más incómodas, tales como orinar en las esquinas de la casa. Las gatas son hembras poliéstricas estacionales que alcanzan la madurez sexual en torno a los seis meses de vida y se siguen desarrollando hasta los nueve o diez. En cuanto a los machos, éstos son mucho menos adelantados, no completando su predisposición para la reproducción sexual hasta que no llegan casi al año de vida. El apareamiento de los felinos domésticos sigue una serie de reglas y condiciones, por ejemplo, es conveniente que, si decidimos aumentar la familia de nuestra gata, elijamos para ello a un gato que haya madurado sexualmente de forma completa, es decir, que tenga más de un año.

También tenemos que ser conscientes de que es mejor esperar, para que la monta sea efectiva, que nuestra gata tenga ya nueve o diez meses. Hay que ser completamente inflexible en cuanto a esta recomendación: las relaciones entre ejemplares excesivamente jóvenes no es aconsejable. Además, siempre necesitaremos contar con un ejemplar que cuente con experiencia, ya sea hembra o macho.

Factores genéticos y ambientales
Las diferencias entre sexos también son notables en cuanto a las apetencias sexuales de los gatos. Mientras que los machos son capaces de aparearse siempre, las hembras necesitan experimentar periodos propicios que se hacen presentes con la aparición del celo cada dos o tres semanas. Si observamos el comportamiento de nuestra mascota a lo largo de todo el año, nos percataremos de que las épocas álgidas de celo tienen lugar entre los meses que van de septiembre a marzo, siendo las estaciones de apareamiento más habituales la primavera y los comienzos de la temporada estival. Dejando al margen esta franja de tiempo, lo cierto es que el celo en las hembras se mantiene más o menos ininterrumpidamente durante todo el año, si bien su frecuencia es aleatoria.

Existen varios factores determinantes en cuanto a la activación óptima del sistema hormonal como, por ejemplo, la duración del día, la temperatura ambiente y, por supuesto, la presencia de otros gatos dentro del mismo recinto. Uno de los aspectos que favorecen más el comportamiento especial de las hembras durante el celo, se refiere al lugar donde éstas viven y la luz recibida. El calor de la calefacción, la rica y completa alimentación, la temperatura agradable dentro de los pisos y, sobre todo, el cariño que las proporcionamos, son factores que contribuyen de modo particular a una mayor insistencia y acercamiento de nuestra gata hacia nosotros. Las mascotas que viven dentro de casa con luz artificial pueden estar en celo todo el año, incluso en invierno y, como dato curioso, señalar que los ejemplares del hemisferio sur tienen su ciclo opuesto al de los del hemisferio norte.

El celo depende también de las diferentes razas de gata. La variación más sorprendente es la que hay entre hembras de pelo corto y hembras de pelo largo. Por ejemplo, las siamesas pueden tener su primer ciclo de fertilidad contando con sólo cinco meses y, por el contrario, en el tipo persa, el celo puede aparecer por primera vez a los diez meses de vida. Pero las diferencias no sólo son observables entre las razas; también nos percatamos de ellas entre gatas de la misma camada, sobre todo, en cuanto a duración del periodo del celo. A veces, la sintomatología de las cuatro fases del ciclo se solapan, volviéndose imposible determinar el momento idóneo para la concepción, si bien la citología vaginal realizada por un veterinario, puede ayudarnos a encontrar ese momento óptimo.

Los cuatro periodos del ciclo sexual
Tal como hemos anunciado, el ciclo reproductivo en los gatos se divide en cuatro fases fundamentales: proestro, estro, metaestro y anestro. Dentro de cada fase encontramos características que lo definen de forma particular.
La primera etapa del celo se llama proestro y tiene una duración de entre uno y tres días. El apetito de la gata aumentará sensiblemente y el cariño hacia el amo también aumenta. En estos días, la vulva de la hembra se hace ligeramente más grande y nos puede dar la sensación de verla húmeda, pero es apenas notable. Los maullidos son más agudos y cortos. El animal se mostrará inquieto y comenzará a insinuarse a los machos, pero no se dejará montar. Esta etapa también se conoce como 'etapa del cortejo'.

El denominado estro, es el nombre bajo el que se enmarca la segunda de las etapas del ciclo reproductivo. El estro se caracteriza fundamentalmente porque es el periodo de receptividad sexual, el celo en sí mismo. Su duración es de cuatro a seis días si el apareamiento tiene lugar, y de diez a catorce si éste no acaece. Los maullidos son mucho más altos y más fuertes, siendo los cambios en su conducta más bruscos y apreciables. Nuestra gata durante el estro utiliza la llamada de su maullido para atraer al posible macho y en ocasiones, estos gritos pueden dar miedo a los dueños novatos, ya que les lleva a pensar que su animal de compañía está sufriendo.

Metaestro es el nombre que recibe la etapa siguiente al estro y carece apenas de rasgos diferenciadores debido a su breve tiempo de duración, tan sólo 24 horas. De hecho, algunos especialistas la incluyen directamente dentro de la segunda etapa. El metaestro hace que la gata rechace a todos los machos que intenten acercarse a ella y, además, de forma agresiva. La evolución de la gata dependerá de lo acaecido en la etapa anterior, así pues, estará preñada o no según el éxito de la monta del macho.
Por último, la etapa final recibe el nombre de anestro, que es cuando el ciclo sexual está en descanso hasta el próximo, que aparecerá en, más o menos, dos meses.

Comportamiento de la gata en celo
Si alguno de nuestros lectores tiene como animal de compañía una gata, sabrá perfectamente que existen momentos en los que nuestra mascota realiza una serie de acciones que al principio pueden extrañarnos, pero que después se vuelven costumbre, e incluso pueden llegar a colmar nuestra paciencia. La receptividad es la característica esencial con la que podríamos definir la conducta de las gatas a partir de los seis meses. Estas se muestran más cariñosas y juguetonas de lo habitual, se acercan mucho más a nosotros, nos buscan con la mirada y con sus maullidos, los cuales pueden llegar a asustarnos si no estamos acostumbrados, pues en épocas de mayor inclinación sexual, se tornan muy intensos y sobrecogedores.

La orina representa uno de los principales problemas con los que tenemos que enfrentarnos cuando llega el periodo fértil. Algunos de los que conviven a diario con esta incidencia ya se han acostumbrado, pero para la mayoría de las personas que cuidan de una gata, llegan a desesperarse ante este comportamiento. El problema al que nos estamos refiriendo es que, durante el celo, la gata suele orinar por la casa sin ningún pudor, ya sea en las esquinas, en los vértices donde confluyen los rodapiés, en una despensa o en cualquier rincón escondido.

Existen, además, otro tipo de manifestaciones mucho más incómodas, tales como orinar en las esquinas de la casa. Las gatas son hembras poliéstricas estacionales que alcanzan la madurez sexual en torno a los seis meses de vida y se siguen desarrollando hasta los nueve o diez. En cuanto a los machos, éstos son mucho menos adelantados, no completando su predisposición para la reproducción sexual hasta que no llegan casi al año de vida. El apareamiento de los felinos domésticos sigue una serie de reglas y condiciones, por ejemplo, es conveniente que, si decidimos aumentar la familia de nuestra gata, elijamos para ello a un gato que haya madurado sexualmente de forma completa, es decir, que tenga más de un año.

También tenemos que ser conscientes de que es mejor esperar, para que la monta sea efectiva, que nuestra gata tenga ya nueve o diez meses. Hay que ser completamente inflexible en cuanto a esta recomendación: las relaciones entre ejemplares excesivamente jóvenes no es aconsejable. Además, siempre necesitaremos contar con un ejemplar que cuente con experiencia, ya sea hembra o macho.

Este hecho puede ser perjudicial si vivimos en un bloque de viviendas, ya que los gatos pueden orinarse también en las zonas ajenas a nuestro hogar, como las puertas del resto de los vecinos, los felpudos o los jardines y macetas. Además, la orina tiene un olor similar al amoníaco, muy fuerte y característico, que sirve de perfume atractivo a los machos de la vecindad.

Teniendo en cuenta que estamos ante una de las especies animales domésticas más inclinadas hacia la sexualidad, no podemos pasar por alto la importancia de la esterilización y la castración. Si no estamos dispuestos a tener camada, es vital que consideremos estas opciones. Los especialistas afirman que no existen efectos secundarios de gravedad cuando se practican estas intervenciones, y que es muy recomendable si tenemos gatos dentro de viviendas en grandes ciudades.

Esta es una decisión que solamente depende de nosotros y que no sólo nos evitará molestias sino que, además, será beneficiosa para el felino macho, expuesto a contraer enfermedades graves tales como la leucemia felina o el síndrome de inmunodeficiencia felina, por medio de la saliva o por mordeduras en peleas con otros animales de su especie.

Via: mascotasyhogar

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