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25 septiembre 2012

Cuidado de los dientes en perros y gatos

 Aunque son raros los casos, los gatos y los perros  pueden presentar caries causada por  exceso de bacterias, alimentos inapropiados o por un daño de alguna pieza dental. El alimento que come la mascota resulta clave para su salud, su dieta y su dentadura.

Hoy en día, existen alimentos de prescripción que  ayudan a reducir y eliminar problemas en la zona bucal de los perros y gatos. Además, recomiendo  visitar regularmente al veterinario para que se fije en la dentadura de las mascotas.

Si tu perro o tu gato  presenta caries hay que acudir al veterinario para que estudie al animal y le dé una solución. Asimismo, informará al dueño sobre una serie de consejos para cuidar los dientes de su animal de compañía.

 Según las investigaciones llevadas a cabo, al alcanzar  la edad de dos años, el 70% de los gatos y el 80% de los perros presentan  algún signo de enfermedad dental. Por lo tanto, hay que estar atentos a ello.

Por otro lado, recomiendo acudir al veterinario cuando tu perro o tu gato presente los siguientes síntomas:
  •  Mal aliento
  • Boca dolorida
  • Babeo
  • Dificultades para comer
  • Dientes flojos o pérdida de dientes
  • Tocarse o frotarse la boca con frecuencia
  • Encías sangrantes
  • Sarro color amarillo o café en dientes
Resulta clave estar atento a estos síntomas y revisar la dentadura de nuestros gatos y perros. De lo contrario, nuestras mascotas pueden llegar a perder su dentadura o sufrir otro tipo de infecciones pues la boca es un fuente de infección peligrosa.

De este modo, hay que evitar que los perros y los gatos ingieran  las sobras de nuestra comida y los azucares; en todo caso,  el alimento balanceado seco será lo mejor para ellos.

Además, a los perros  se les debe cepillar los dientes, ya sea mediante un tratamiento indicado por su médico o bien, esto mismo hecho por alimento de prescripción para dientes de mascotas.

Perros, consejos si los llevamos a la playa

Nos encanta compartir  tiempo con nuestra mascota, dar paseos con ella, hacer ejercicio e incluso hacer excursiones. Ir a la playa con nuestro can puede ser una experiencia magnífica, pero para que no haya incovenientes no deseados, debemos tener en cuenta algunas consideraciones antes de llevar a nuestra mascota con nosotros.

Es importante asegurarnos primero de que el lugar al que deseamos ir acepta mascotas en primer lugar. Si es así, entonces podemos preparar las cosas y emprender el día de playa. No debe faltar entre nuestras cosas una sombrilla. Debemos pensar que nuestro amigo no es igual que nosotros ni soporta el calor de la misma manera.

Un cacharro para darle agua fresca también es indispensable. Es recomensable llevarnos una nevera donde el agua pueda mantenerse fresca y llevar también una bolsita y papel para si nuestro amigo realiza alguna defecación durante el día poder recogerla. No debemos dejar que nuestro amigo ande sólo por el lugar si no estamos seguros de que pueda incomodar a otras personas.

Si lo bañamos, debemos tener mucho cuidado con sus orejas. Debemos evitar los juegos pesados, así como los chapuzones bruscos. Debemos permitir que el se bañe y nade a su ritmo  para evitar asustarle o mojarle el interior de las orejas. Teniendo en cuenta estos sencillos consejos podemos disfrutar de un divertido día de playa con nuestro amigo.

Mascotas, cómo mejorar su calidad de vida

Muchos son los que se preguntan si están haciendo lo posible por que su mascota esté feliz. Preocupados por el bienestar de un amigo que no puede expresarse con palabras, buscamos información sobre cuáles son las claves para que nuestra mascota tenga una buena calidad de vida. Por suerte, nuestras mascotas no son tan exigentes como nosotros mismos.

Las claves del bienestar, que influyen directamente sobre la calidad de vida, son cuatro. La primera de ellas es la más vital, alimento. Un animal bien nutrido es un animal sano y feliz, con energía y ganas de explorar  el mundo. Es bueno interesarse sobre las necesidades nutricionales de nuestro amigo y procurar estar bien informados para ofrecerle siempre alimento de la mejor calidad.

La segunda clave está en el cobijo. Nuestra mascota necesita sentir que habita un lugar seguro y tranquilo, en el que pueda sentirse confiado. Para nadie es agradable dormir o habitar en un lugar hostil donde las temperaturas son crueles. La tercera clave está en el afecto. No debemos olvidarnos que el hecho de no poder expresarse con palabras, no significa que sean incapaces de sentir.

Para nuestra mascota es importante sentirse querido dentro del hogar y sentirse uno más de la familia. Sobre todo es importante que se sienta respetado por nosotros tal como es. La cuarta clave y última, más no por ello menos importante, es el juego y la aventura. A nuestras mascotas, generalmente perros y gatos, les gusta sentirse activos y aventureros. Lo cierto es que procurarles una mayor calidad de vida está al alcance de la mano de todos.

20 septiembre 2012

Olfato y el oído de los perros, sus mejores armas

El perro siempre ha destacado a lo largo de la historia por su extraordinario olfato. Una de las principales características de todas las razas caninas es el hecho de estar dotadas de un especial sentido olfativo que les permite percibir sensaciones que a nosotros nos resultan imposibles. No es de extrañar, por lo tanto, que se hayan convertido en el pilar fundamental de muchos equipos de rescate y de detección de drogas. Es en la agudeza olfativa donde aparecen las mayores diferencias entre humanos y perros.

De hecho, para las personas el olfato es casi inexistente; en cambio, para los perros, este sentido tiene mayor importancia que los otros. Debido a las diferencias anatómicas entre ambas especies, a los humanos se los define como microsmáticos y a los caninos como macrosmáticos. Estas diferencias se ubican a nivel de la cavidad nasal y en las partes del cerebro encargadas de procesar la información olfatoria, las cuales son mucho más pequeñas en el hombre que en los perros.

Su olfato no tiene rival

A modo de ejemplo podemos señalar que el hombre posee alrededor de cinco millones de células olfatorias en su cavidad nasal, las cuales ocupan un área de 500 milímetros cuadrados, mientras que los perros poseen aproximadamente 220 millones de células sensibles al olor en un área de 7000 milímetros cuadrados. Sin embargo, la capacidad olfatoria del perro es mucho más aguda en comparación con la del ser humano de lo que indican estos números. Algunos científicos han comprobado, mediante diferentes estudios, que la capacidad en los perros podría superar en alrededor de un millón de veces a la de los humanos.

Una de las pruebas más interesantes es el llamado ‘test del portaobjeto’. En este test, un portaobjeto de vidrio es tocado por un ser humano. Luego se guarda junto a otros similares durante un período de seis semanas. Después de ese tiempo, se sacan los portaobjetos y se le permite al perro que los olfatee. Se ha demostrado que el perro no sólo es capaz de identificar el que ha sido tocado, sino también a la persona responsable de haberlo hecho.

Finalmente, es también importante mencionar que los perros son capaces de individualizar a diferentes personas, sean parientes o no; sólo han mostrado algunos problemas a la hora de diferenciar gemelos. Esta gran capacidad olfatoria es utilizada por los perros como medio de comunicación, ya que gracias a ella pueden identificar su propio territorio, reconocerse individualmente unos a otros, detectar una hembra en celo, y demás. Debido al gran refinamiento de este sentido, muchos perros son utilizados para detectar drogas y rescatar víctimas bajo la nieve o bajo los escombros de un terremoto, tarea que todavía no ha sido superada por ningún elemento creado por el hombre.

Un oído muy fino

Con respecto a la agudeza auditiva, las diferencias entre caninos y humanos depende de la frecuencia de los sonidos. Si éstos son de baja frecuencia, la capacidad de ambas especies es similar, ya que en el perro el límite inferior es de alrededor de 15 ciclos por segundo, mientras que en el hombre es de aproximadamente 18 ciclos por segundo. En cambio a frecuencias más elevadas los perros son muy superiores, ya que son capaces de percibir sonidos que para nosotros son ultrasónicos.

El límite máximo en los perros es de 60.000 ciclos por segundo, mientras que en los humanos es de 20.000 ciclos por segundo. Si nos referimos nuevamente a los ancestros del perro, encontraremos una explicación al porqué de esta superioridad. Si bien los lobos no producen sonidos ultrasónicos, los roedores, que son presa habitual de estos predadores, sí lo hacen. La habilidad de los lobos para percibir este tipo de sonido los capacita para detectar y localizar esta clase de presa.

En cuanto a la percepción de sonidos distantes las diferencias entre caninos y humanos también son notables. Los perros pueden detectar un sonido débil a una distancia entre cuatro y cinco veces mayor que un ser humano. Debido a esta habilidad los perros deben acostumbrarse a ignorar muchos de los sonidos que se producen en el hábitat de los humanos para disminuir su estrés. Algunas veces este proceso de aprender a ‘no oír’ se produce lentamente, sobre todo en perros más excitables. Un ejemplo típico son los ladridos ’sin motivo’ -para el dueño- o la sensibilización que ocurre ante los truenos, que suelen provocar gran temor en los animales.

Mascotas: Capitán y su historia de gran fidelidad

Argentina Villa Carlos Paz . Capitán es un perro mestizo, con algo de ovejero alemán y otro “de mezcla”. Llegó a la casa de Damián Guzmán (13), en Villa Carlos Paz, a mediados de 2005 como un regalo sorpresa de su padre, Miguel. A Verónica Moreno (52), la madre de Damián, el obsequio no le agradó tanto, porque significaba más trabajo en la casa. Una historia más, de tantas similares. Aunque otra, muy especial, empezó el 24 de marzo de 2006, cuando Miguel murió.

Pasaron los días y nadie notó la ausencia de Capitán. Había dejado la casa, como Miguel.

Al tiempo volvió, olfateó cada rincón y se fue. “Se quedó un tiempo viviendo afuera, a unos metros, a mitad de cuadra de la casa”, cuenta Verónica.

Después el perro desapareció. Lo pensaron muerto, o adoptado por otra familia. “Hasta que un día, cuando fuimos con mi hijo al cementerio, lo encontramos ahí. Damián comenzó a gritar que era Capitán y el perro se nos acercó ladrando, como si llorara”, expresa con emoción Verónica.

Pero al regresar, Capitán no los siguió, aunque lo llamaban. Se quedó en el cementerio, se quedó con Miguel.

Lo que sorprende a quienes conocen la historia es que Miguel murió en el hospital de Carlos Paz y su cuerpo fue trasladado desde allí a una casa velatoria, muy lejos de su vivienda. Según el relato de la familia, ni ese día ni ningún otro el perro los siguió hasta el cementerio.

“El domingo siguiente volvimos a visitar la tumba de Miguel y el perro estaba ahí. Esa vez nos siguió, en el regreso, porque habíamos ido caminando. Se quedó un rato con nosotros en casa pero después volvió al cementerio”, relata Verónica. Hasta hoy, el cementerio es el hogar de Capitán.

Marta vende flores allí y asegura que el perro llegó en enero de 2007. “Tenía una pata delantera quebrada. Llamamos al veterinario, le dimos antiinflamatorios y los chicos le entablillaron la pata. Se ha hecho querer y come lo que le damos”, afirma.

“Se ve que quería mucho a su amo, hace muchos años que está acá. Va a su casa, pero vuelve. Muchas veces lo quisieron llevar pero se viene para acá”, asevera Marta.

Emoción generalizada

Verónica, que no estaba encariñada con el animal cuando vivía en su casa, admite que ahora le produce mucha emoción verlo. “Todos me dicen que es una gran historia. Yo creo en la fidelidad del perro. Pero ahora lo veo con mucho más afecto. Me da mucha ternura. Nunca lo voy a comparar con mi esposo pero siento que él está con mi marido”, expresa.

Una madrugada, Capitán llegó a la casa alrededor de las 4. “Había familiares y uno de ellos me avisó que tocaban la puerta. Cuando salí, lo vi. Entró, se quedó un rato pero después quiso irse”, cuenta Verónica.

Damián tiene ahora 13 años y es el otro dueño del perro. “Cuando lo trajimos era chiquito. Yo también era chico y me encontré con la sorpresa de que mi papá había traído ese regalo”, relata. “Lo quise traer a casa varias veces pero él se vuelve al cementerio. Si quiere estar ahí, me parece bien que se quede: está cuidando a mi papá”, acota el pibe.

“Eso no es todo”. Héctor Baccega es el director del Cementerio municipal de Villa Carlos Paz. Sabe y confirma cada detalle de esta historia, pero agrega un elemento que suma otro punto de asombro: “El perro apareció acá solo y dio vueltas por todo el cementerio, hasta que llegó también solo a la tumba de su dueño. No lo llevó nadie hasta ahí. Y eso no es todo: cada día, a las seis de la tarde, va y se acuesta frente a esa tumba”, precisa.

“Capitán recorre el cementerio conmigo todos los días. Pero cuando llega esa hora se va para el fondo, donde está la tumba de su amo”, cuenta Baccega, antes de arrimar una reflexión: “Nos da una lección. Creo que los humanos tendríamos que apreciar más los recuerdos de los que se nos van. Los animales nos enseñan tanta fidelidad”.

Baccega cuenta que llevó a su casa a un hijo de Capitán, con la ilusión de que sea tan pero tan fiel como su padre.

Historias caninas paralelas

La vida de Hachiko, llevada al cine. Los paralelos entre la historia de Capitán y la de Hachiko, el perro japonés que se quedó esperando a su amo muerto en una estación de trenes, son impactantes. La vida de Hachiko fue llevada al cine, con un filme protagonizado por el actor Richard Gere. El perro acompañaba cada día a su dueño a la estación de Shibuya, en Japón. El hombre murió pero Hachiko se quedó esperándolo en esa estación durante años. La historia causó tanta conmoción en Japón que, además de ofrecer un guión para el cine, se expone su cuerpo disecado en un museo.

En Monte Cristo, otro cordobés. Un vecino de Monte Cristo, localidad ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Córdoba, fue trasladado años atrás de urgencia al dispensario local, donde murió. El hombre había llegado allí junto a su perrito, al que los vecinos apodaron Alicio. Desde la muerte, el animal se mantuvo en guardia frente al dispensario, como esperando el regreso de su amo. Nunca se quiso ir. Un grupo de voluntarios lo alimentó y le buscó varios destinos, pero una y otra vez regresa al dispensario. Nadie intenta ya sacarlo de ahí.

Mascotas enfermas, ¿cómo actuar?

El caro precio de la vida, desgraciadamente, aparta a muchos de las mascotas del mundo de la asistencia veterinaria que precisan. En prácticamente todos los países, la asistencia veterinaria es de pago, y como los gobiernos no suelen dar facilidad en este aspecto, los tratamientos y consultas suelen ser bastante costosos para la gran mayoría.

Sabemos que ver a nuestra mascota enferma, realmente puede ser muy angustioso. Tratamos, en muchas ocasiones, de buscar respuestas a nuestras dudas a través de internet. Lo cierto es que si bien la información que podemos encontrar, puede ser muy útil, no puede sustituir o competir con la actuación de un veterinario.

Muchas veces, vemos a nuestras mascotas enfermas, y sabiendo de antemano lo costosa que puede ser una consulta buscamos desesperadamente informaciones en internet al respecto. Puede que incluso encontremos remedios caseros que podamos aplicar pero que con mucha probabilidad pueden perjudicar más que beneficiar.

Lo ideal es acudir al veterinario. Si no podemos costearlo nosotros mismos, lo ideal sería poder contar con el apoyo de un amigo o familiar que nos ayude a poder pagarlo. Escoger a un buen veterinario también es muy importante ya que a pesar de que realizan una labor formidable, desgraciadamente también hay quien juega con la salud de las mascotas para conseguir aumentar la factura.

Incluso muchos veterinaios, conscientes de el caro precio de los tratamientos, prestan su ayuda muchas veces de forma altruista para poder adaptarse al presupuesto de algunas familias. Ante una situación así, no lo dudes, consulta a un veterinario más que sea por teléfono, solicita presupuestos y referencias y decide. Merece la pena sobre todo si se trata de la salud de un ser vivo.

14 septiembre 2012

El perro guia, un gran amigo del invidente

Popularmente se les conoce como ‘lazarillos’ y algunas veces les vemos ejerciendo su trabajo en el transporte público o ante un paso de peatones. Estos perros adquieren, gracias a un esmerado adiestramiento, el papel de ojos del que no puede ver. En su entrenamiento participan especialistas que no sólo les adiestran para su posterior asignación a una persona ciega, sino que también les trasmiten valores como el cariño, la comprensión y la ternura.

Características del perro lazarillo:

Las primeras prácticas en adiestramiento tuvieron como referente al Pastor Alemán, puesto que era la raza más popular en las tierras teutonas. Actualmente se usan mucho, además del Pastor Alemán, el Labrador y el Golden Retriever. En cuanto al sexo, no hay diferencias entre machos y hembras, siendo ambos aptos para convertirse en el mejor instrumento de movilidad de una persona incapaz.

Los criadores intentan conseguir la genética perfecta por medio de cruces para, después, formar definitivamente al can. Físicamente, los perros-guía deben guardar unas condiciones perfectas, no superando nunca la talla mediana. Rasgos de carácter como la obediencia, la serenidad, sociabiliada y un buen sentido delequilibrio, deben estar presentes en su personalidad.

Si vives el Madrid, puedes tutelar a lo que será el día de mañana un excelente perro lazarillo, de hecho, la primera etapa del aprendizaje del mismo depende de que exista una familia educadora. La Fundación ONCE del perro-guía hace entrega a un voluntario de un cachorro tras sus siete semanas de vida, y posteriormente realiza su seguimiento con visitas mensuales al hogar de acogida. Al cumplirse el primer año, lo recoge para comenzar su instrucción.

Esta etapa es crucial para el perro porque es cuando comienza su adaptación al medio que le rodea. De nosotros depende su socialización y su grado de integración social pues deberemos acostumbrarle al transporte público, a las tiendas, al bullicio, a la limpieza de su hábitat y a relacionarse con el ser humano. Evidentemente, la Fundación exige una serie de requisitos tales como no dejar al perro más de dos horas solo al día en la casa.

A los tutores se les facilita un carné especial para poder acceder a lugares a los que no dejan entrar perros y así darle sus primeras nociones de obediencia básica. Existe una prueba que se realiza durante el seguimiento del desarrollo del cachorro, consiste en un completo exámen médico que determinará si el animal debe quedarse con la familia o ir a la Fundación. Este programa de tutelaje termina cuando el perro cumple el año.

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