23 mayo 2008
El tener un gato en casa resulta mucho menos trabajoso que un perro.
Aunque también, se le debe proporcionar una serie de tratamientos para evitar contagios de enfermedades o parásitos. Se trata de un animal muy limpio por naturaleza, sin embargo, se tendrá que bañar para evitar las pulgas.
Si se lo acostumbra y se le proporciona un lugar adecuado para realizar sus necesidades, puedes tener la seguridad de que siempre lo hará allí y no te ensuciará la casa. Para evitar malos olores, existen en el mercado unas piedras absorbentes que hacen que no parezca que hay un gato en casa.
Los machos, cuando llegan a cierta edad ( un año aproximadamente), puede que exalten fuertemente sus instintos y comiencen a mostrarse más agresivos o a " marcar el territorio", orinándo por todos los rincones. Ante esto, una de las soluciones es la castración. Pero, evidentemente, no ocurre así en todos los casos, por lo que la creencia de que, cuando un gato tiene un año hay que castrarlo inevitablemente, es equivocada a nuestro entender.
Toma nota de algunos consejos
1.- Debes desparasitarlo 3-4 veces al año y siempre antes de cualquier vacunación. Con ello evitarás que se infecte con lombrices o tenias que contagiará a la familia.
2.- Anualmente debes vacunarlo contra la Rabia, y otras enfermedades propias del gato, como la Panleucopenia felina, Rinotraqueitis y diversas enfermedades respiratorias de graves consecuencias.
3.- Para evitar pérdidas o robos, debes identificarlo con microchips cuanto antes.
4.- Ante cualquier síntoma sospechosoes conveniente acudir a tu veterinario.
5.- La alimentación debe ser lo más equilibrada posible, existiendo hoy día en el mercado multitud de piensos compuestos que deben ser siempre adecuados a su edad.
6.- Si bien no necesitarás bañarlo, sí que debes cepillarlo muy a menudo, pues uno de los principales problemas que presentan estos animales, sobre todo las razas de pelo largo, es la formación de masas de pelos en el estómago que pueden llegar a necesitar cirugía para su extracción.
7.- No es cierta la creencia de que los perros comen carne y los gatos pescado, sino que ambos son en principio carnívoros, y una alimentación a base de pescado, sobre todo si es azul, hará que despida un fuerte olor.