Debemos partir de la base que el perro es un animal gregario, que vive en manada, donde siempre hay un líder y una jerarquía. Al ser domesticado el perro nos (debe) identifica(r) con el líder de su manada.
Cuando dos perros se encuentran en la calle suceden ciertas cosas que a veces no comprendemos o no sabemos interpretar.
Todo depende de la posición jerárquica que cada perro ocupe o crea ocupar. Durante este encuentro los perros adoptan ciertas actitudes. Cuando dos perros se encuentran lo que hacen es medirse, ver quién es el que está por encima del otro en la jerarquía.
Los movimientos firmes, la cola fija levantada hacia arriba son signos de un perro dominante. No es lo mismo si el perro adquiere un posición con el cuerpo erguido que si adopta una postura nada intimidante.
A veces sucede que es muy evidente que un perro es más sumiso y el otro es más dominante y no habrá conflicto. Pero en caso de que los dos se crean que son los dominantes habrá problemas. Primero intentarán intimidarse: el pelo erizado, los gruñidos, el cuerpo erguido son señales que un perro le envía al otro de que él está por encima.
Si el otro perro es más sumiso o se intimida rápidamente meterá la cola entre las patas, no lo mirará a los ojos, bajará la cabeza, se quedará inmovil y luego se irá.
El perro lo último que quiere es pelear, sólo el animal que está entrenado para la pelea o que tiene rabia ataca sin motivo. Todo en el perro está hecho para evitar una pelea, tanto en el dominante como en el sumiso.
Puede suceder el caso, si los dos son dominantes, que ambos perros peleen para establecer cuál está por encima del otro, en todo caso la pelea será breve.
Si sucede esto mientras usted está paseando con su mascota y viene otro perro que está suelto, trate de no intervenir, ya que se generan enrredos en los que nadie sale beneficiado. En el caso de que haya una pelea, suelte a su perro, nunca deje que su perro pelee atado con la correa. Una opción es, si el perro es pequeño, tomarlo en brazos, bajar la mirada y caminar alejándose de forma tranquila.
Otra situación frecuente, es que lleguemos a una casa y el perro nos gruña, nos muestre los belfos y nos ladre. Esto se debe a que el animal está defendiendo su territorio. Como nosotros no estamos interesados en pelear con el perro para ver quién está por encima de quién, lo mejor que se puede hacer es tratar de ignorarlo, bajar la mirada y caminar con las manos a los lados alejándose, pero nunca correr.
Otro gesto muy común de los perros es echarse con las patas hacia arriba, gesto que vemos cuando jugamos con él, y esta no es más que una actitud de sumisión (el mismo gesto que haría para indicar que se encuentra jerárquicamente por debajo de otro perro más dominante).
Los perros tienen su lenguaje que viene desde tiempos remotos y es bueno tener una idea de lo que el animal nos dice con sus acciones. El no saber interpretar su lenguaje es una de las principales causas que provocan las agresiones.
Via: eldiariomontanes.es