La leptospirosis tiene distintas variantes, por lo cual se presenta a veces de forma leve, o en otros casos más grave, afectando mayoritariamente a perros de edad temprana. Esta enfermedad, cuyo tratamiento es a través de antibióticos, se contagia por la orina u otros fluidos corporales de animales que tengan leptospirosis (generalmente roedores); y es una enfermedad que se da tanto en animales domésticos, como gatos (no muy frecuentemente) y perros; como en animales silvestres; pero también puede ser víctima de ella, el ser humano. También se contagia por contacto con sangre de animales infectados, ingestión de alimentos o agua contaminada (poco común), o de persona a persona en casos muy extraños, ya que generalmente el ser humano es contagiado por un animal infectado y no por otra persona que tenga esta enfermedad.
En la antigüedad fue detectada en el ser humano en el año 1886 por primera vez, y se la llamo “enfermedad de Weil”, por lo cual actualmente, este es otro de los nombres con los cual se la denomina.
Esta enfermedad es causada por la leptospira, la cual se distribuye a nivel mundial, por lo cual es conocida en los distintos lugares del mundo, siendo los mayores transmisores de ella, las ratas. La leptospira (bacteria que produce la leptospirosis) vive por mucho tiempo en aguas contaminadas, excremento, barro y ambientes marinos, y así, estos lugares donde se puede llegar a instalar esta bacteria, se tornan medios de transmisión de esta enfermedad, hacia animales y seres humanos.
Los órganos principalmente afectados por la leptospirosis son: riñón e hígado. Esta bacteria, una vez que es excretada por el huésped puede sobrevivir semanas o meses en el agua o en el suelo.
Los síntomas en los perros son diversos, entre los cuales se encuentran, la inapetencia, fiebre, vómitos, diarrea, mucha sed, ojos amarillos (sólo en algunos casos), adormecimiento y caída del peso.
Si usted tiene un perro infectado por la leptospirosis, debe tomar algunas normas, como la extrema higiene personal, no tratar con los desechos del animal dentro de lo posible, y si esto es absolutamente necesario que el contacto no sea directo, por lo cual deberá usar guantes; otra medida es lavarse las manos luego de tener contacto con el animal, el cual no debe dormir en la cama de algún miembro de la familia, mientras esté enfermo. Cuide que el perro no orine en lugares donde puedan llegar a jugar o estar los niños, pues la orina es uno de los principales medios de contagio para la leptospirosis. También es importante mantener desinfectada la casa para evitar la transmisión a alguna persona que viva en ella. Todos estos puntos, deben ser tenidos en cuenta, hasta que el animal se cure de la enfermedad, y un tiempo después también; pues como ya se había dicho, la leptospira puede permanecer semanas o meses en el agua o suelo.
Via: mundo-perro