El perro Pekinés o ‘Pequinés’, como prefieren escribirlo algunas personas, tiene un origen chino, como su nombre indica. Fué criado allí desde épocas remotas, siendo durante siglos el perro exclusivo de los emperadores chinos. Incluso, por su exclusividad, su exportación estuvo prohibida hasta mediados del siglo XIX.
El Pekinés es un perro pequeño, con un peso entre los 2 y los 8 kilos. Su pelaje puede ser prácticamente de cualquier color, tanto uniforme como a manchas, excepto el albino y el castaño- rojizo. Su cabeza, maciza y plana muestra un rostro exento practicamente del pelo largo del resto del cuerpo, y generalmente en tonos oscuros, practicamente negro. Tiene una melena larga y recta, que le forma un collar alrededor del cuello.
No cabe duda que su origen imperial parece que ha formado el carácter del Pekinés. Orgulloso y altanero, sólo se encariña -eso sí, totalmente- con su amo, y se muestra frío y distante con los extraños, e incluso con otros animales. Es por eso que se recomienda como animal de compañía, pero preferiblemente en hogares tranquilos y rutinarios, sin niños , y sin demasiadas personas a su alrededor.
Estos perros odian que se les trate con rudeza. Al contrario, tratándole con amabilidad y dulzura, no se puede encontrar compañero más fiel y solícito que él.
En cuanto a sus cuidados, se recomienda no someterle a ejercicios fuertes, y vigilarlo en épocas calurosas, pues su larga cabellera y pequeño tamaño le hacen propenso a lipotimias. Es importante cepillarlo cuidadosamente a diario y limpiarle las legañas de los ojos todos los días.
Via: blogdelperros