Padecer esta fobia acarrera muchos problemas sociales, ya que quienes lo sufren se sienten unos incomprendidos. La mayoría de los amantes de los animales nos cuesta entener porqué sienten ese pavor ante un inofensivo gato; pero la explicación puede provenir desde la infancia, de algún arañazo recibido de un gato juguetón o malintencionado. Tiene cura, pero precisa de mucho apoyo, comprensión y un tratamiento psicológico adecuado.
El mismísimo Napoleón sufría de Ailurofobia, y eso no le impidió conquistara territorios. Es una fobia más, como tantas que interfieren en nuestras vidas. Lo importante es tratarse. Es más, si superas el miedo, comprobarás que maravillosa experiencia es tener un gatito como mascota. Te valdrá la pena y serás más feliz.