Existen diferentes tipos de coprofagia: la autocoprofagia, en la cual se comen sus propios excrementos, la coprofagia intraespecífica, en la cual se comen los excrementos de su propia especie y la coprofagia interespecífica, en la que se comen los excrementos de diferente especies.
La conducta que explica este comportamiento se debe en gran parte a que reclaman la atención de sus dueños, ya que éstos tienden a reñirlos o castigarlos y es una forma de atraer su atención, aunque no se da con frecuencia en animales bien tratados.
Puede constituir también una conducta aprendida de otros perros o de los humanos al verlos que lo recogen. Las madres practican coprofagia con sus cachorros para mantenerlos limpios y evitar que los excrementos atrigan rapaces.
Muchos perros practican coprofagia interespecífica con los excrementos del gato, ya que les resulta agradable y además refuerza su conducta, otros lo pueden realizar por falta de fibra en su dieta diaria.
Para evitar esta conducta no se les debe de reñir ni castigar, ya que sólo lleva a más coprofagia y es lo que ellos quieren, de una manera u otra reclamar la atención de su dueño. Lo ideal es ignoralos.
Por otra parte si se va a recoger es necesario que el animal no te vea hacerlo, para evitar que él repita la acción o bien distraerle cuando lo vaya a hacer y persuadirle con juegos.