¿Tienes un nuevo cachorro en la familia? Esto conlleva ciertas obligaciones. Además de propiciarle atención médica, alimentación y brindarle afecto, debes ocuparte de la higiene de la nueva mascota.
Cepillado
No es recomendable que bañes a tu perro muy asiduamente, menos aún a tu cachorro. Pero debes mantenerlo en condiciones y para eso nada que mejor que cepillarlo con frecuencia. Esta práctica elimina la suciedad del pelo de tu mascota, separa los pelos muertos y le otorga brillo y suavidad al pelo de tu perro.
Para un correcto cepillado debes elegir el peine adecuado según el pelo de tu perro. Si la mascota tiene pelo corto debes encontrar un peine de cerdas cortas. Por el contrario las cerdas de tu peine deben ser largas si el pelo del animal es largo y abundante.
Las primeras veces que lo cepilles será por lapsos cortos de tiempo, deberás hablarle de forma suave y acariciarlo. Debes hacer de esta rutina un momento placentero para que tu mascota se acostumbre y una vez adulto no se resista.
Busca un lugar cómodo para ti y para el perro, con buena luz y con los utensilios al alcance de las manos. Lo más probable es que esta rutina no le agrade e intente escapar. Deberás ser firme y por más que gruña, ladre o llore seguir con el cepillado.
Baño
Los perros tienden a ensuciarse con facilidad y más los cachorros que se entrometen en cualquier sitio. Si no bastara con un cepillado para quitarle al perro la suciedad, deberías probar con una esponja húmeda. En caso de que el baño sea inminente debes tener en cuenta que sólo puedes bañar a tu mascota una vez finalizado el calendario de vacunación.
Debes utilizar un champú para cachorros, enjuagar con agua a temperatura agradable, secar con toalla y luego con secador. Debes mantener el secador a una distancia prudente y utilizar aire frio para no quemar a tu mascota.