Algunas veces los perros o los gatos no tienen cuidado y se pueden llegar a lastimar provocando en nosotros más temor que el simple hecho de la herida que se hayan hecho. Eso es porque, como ocurre con los niños, no nos gusta que sufran.
Si te ha pasado alguna vez que tu mascota se ha hecho una herida y te has puesto demasiado nerviosa como para poder curarla bien, aquí te van algunos consejos para hacerlo y, de paso, para tranquilizarte.
1. Coge gasas para poder limpiar la herida. Lo mejor que se puede hacer es retirar el pelo que tenga alrededor de la herida para que no se infecte con éste.
2. Echa un poco de agua oxigenada en la herida y en las gasas, depende de lo profunda que sea porque si le escuece lo más seguro es que necesites dominar a la mascota para que no se vaya. Soplar (como nos ocurre a nosotros) ayuda a calmar el dolor.
3. Una vez limpia la herida a continuación has de echarle betadine (que es lo que recomiendan los veterinarios). Yo suelo usar mercromina porque seca antes y porque cura más rápido pero también hay veces en las que le echo betadine. Si la herida ha sido con algo punzante siempre suelo echarle un poco de crema triantibiótica (nunca está de más prevenir).
4. Ahora sólo toca tapar la herida para que no se la toque. Dale varias vueltas a la venda o al esparadrapo para que no se la arranque.
5. Por último revisa a menudo la cura y cámbiasela para que no se infecte.