La pregunta que muchos se hacen es si existen razas que genéticamente muestren un carácter violento, o si la personalidad del animal depende del dueño y de la educación recibida.
Entre las llamadas razas peligrosas se encuentran el pitbull terrier, el staffordshire bull terrier, el american staffordshire terrier, el rottweiler, el dogo argentino, el fila brasileño, el tosa inu y el akita inu. También se incluyen los perros fruto del cruce de estas razas o cualquier ejemplar que muestre agresividad.
Además de los citados se consideran peligrosos los ejemplares que cumplan varias de estas particularidades: pesar más de 20 kilos, tener una musculatura fuerte y un aspecto robusto, un carácter muy marcado, el pelo corto, un cuello ancho y una cabeza voluminosa con unas mejillas musculosas y abombadas.
Según el ministerio de Salud de la Nación, se reportan al año alrededor de 60 mil mordeduras de perros. La mitad de las agresiones se produce contra chicos menores de 14 años, y la mayoría de los perros mordedores son mascotas de la familia o animales que tienen dueño.
Vale la pena remarcar que un informe de la provincia de Buenos Aires considera que alrededor del 70% de las mordeduras no se denuncian. Un estudio realizado en Pensilvania, Estados Unidos, mostró que sobre un total de 3 mil niños en edad escolar el 45% había sido mordido por un perro durante su vida; de ellos el 30% había sido atacado por su propio perro.
En la Argentina, en un estudio realizado en Capital Federal y Gran Buenos Aires, el 30% de los propietarios de perros manifestó que sus animales habían manifestado episodios agresivos.
Tanto en el país como en nuestra región hubo casos de lesiones graves y hasta letales provocadas por perros. En la mayoría de estos tristes episodios están involucrados canes de las razas pitbull y rottweiler, cuyas mordidas pueden tener consecuencias terribles.
Tanto es así que desde la protectora de animales Prodea se desaconseja tener un pitbull como mascota, ya que puede traer más problemas que satisfacciones.
Agresivos
Para el médico veterinario Claudio Gerzovich Lis, “el comportamiento agresivo de los perros hacia los seres humanos es un fenómeno complejo que incluye numerosas variables: genética, orgánica, aprendizajes, vínculo con los humanos, etc.; que puede ser de diversos tipos: agresión jerárquica, irritable, por temor, sobreprotectora, por causas orgánicas o funcionales”.
El especialista en comportamiento canino y felino considera que “los animales suelen no ser los únicos responsables ya que, en muchos casos, la reacción agresiva responde al total desconocimiento que la mayoría de las personas tiene acerca del comportamiento de los perros y también a que muchas conductas agresivas son estimuladas, consciente o inconscientemente, por los propietarios”.
Yolanda Blanco, también experta en comportamiento canino, apunta que “no todo el mundo es el mejor amo para estos perros, ya que hay que ser autoritario y tener mucho sentido
común”.
¿Por qué atacan?
El etólogo español Antonio Pozuelo Cisneros afirma que “un perro ataca cuando peligra su supervivencia, algún recurso o su éxito reproductor”.
También pueden existir causas orgánicas, es decir, derivadas del dolor o de desarreglos hormonales. Esta conducta puede presentarse en forma repentina en perros muy cariñosos y sin dar señales previas de agresividad. Según el especialista, “la causa más común es la competición por ocupar un lugar predominante en la manada”.
Pozuelo aconseja no optar por este tipo de razas si viven niños en la casa. Si ya tenemos el perro o si estamos decididos a adquirirlo debemos ser muy estrictos en su educación. Si no somos expertos, lo mejor es acudir a un profesional que lo adiestre en obediencia basada en la jerarquización y en el control. Para Yolanda Blanco, debemos tener cuidado y acudir a un experto si al retirarle la comida o al despertarlo se muestra agresivo y adopta posturas amenazantes cuando lo retamos.
Además, existiendo tantas razas y mestizos que son confiables, ¿para qué meterse en problemas?
Las razas y los amos
Sara Rueda es criadora de la raza pitbull y es contundente al afirmar que “el problema tiene su origen en la mala información y en la poca confianza que brindamos a nuestros perros. Al final lo que más influye es la forma de ser de cada propietario, porque tarde o temprano el can se termina pareciendo al amo”. Para ella, la clave está en darle cariño al animal.
Por su parte, el etólogo español Antonio Pozuelo Cisneros dice que “siempre han existido razas más conflictivas que otras, ya que desde el Imperio Romano se han seleccionado ciertos ejemplares por su fiereza en el combate y en la lucha. Asimismo, cualquier raza puede ser agresiva debido a la ignorancia, falta de paciencia y desidia del dueño”.
Desde su punto de vista, el problema radica en que en estas razas la mordida puede ser muy peligrosa, mientras que en otros casos, como el cocker, las heridas son considerablemente menores.
En lo que va del año, los pitbull fueron protagonistas de escalofriantes episodios teñidos de sangre.