Alimentar a nuestro perro tiene algunas pautas que se tienen que saber y se tienen que hacer adecuadamente. En caso contrario, no se podrá tener a nuestra mascota feliz para que nuestros hijos jueguen con ellos. En primer término, hay que dejar al cachorro durante 40 días con su madre. Durante ese periodo, la madre es la fuente de su alimento, educación y protección. Hay algunos casos en los cuales la madre del perrito no está presente. En ese contexto, hay que decir que se puede utilizar otra perra para que se haga cargo de la crianza en los primeros momentos de vida. Un perro nunca puede pasar el primer mes sin la figura de una madre.
Los nutrientes necesarios y las defensas apropiadas hacia el mundo exterior se podrá adquirir con la leche materna. Un dato que no es menor, es que las perras nunca rechazarán la crianza de un perro recién nacido. Es muy simple reconocer cuando se tiene que terminar el momento de amamantar de la madre, ya que ella misma los rechazará como consecuencia del dolor que le generará en las glándulas mamarias los dientes de los perros.
Una vez que se produjo el destete, se le puede pasar a darle alimento balanceado a los perros, aunque en un comienzo todo debe estar remojado con leches maternizadas, debido a que los componentes pueden resultar muy duros para los perros que recién empiezan a tener los dientes en su cuerpo.
Para concluir, hay que decir que no hace falta darle al perro chico el mismo alimento de otro perro de mayor tamaño que ya haya en el hogar. Esto podría generar un capricho en la mascota más grande, y además, el cachorro necesitará una comida especial. Hay que tener en cuenta que la alimentación correcta va a marcar el apropiado crecimiento del perro.