Cuando elegimos adoptar a un perro como la mascota del hogar nos encontramos con un gran dilema: elegir el sexo. No es lo mismo tener un macho o una hembra, ya que el comportamiento es muy diferente. Por lo general se asocia al perro macho como un mejor protector del territorio en el que vive, pero la perra es más protectora de las personas en la casa.
Un punto importante a tener en cuenta es el momento del celo. Tanto el macho como la hembra tienen un comportamiento bastante particular en ese momento, y es necesario tomar determinadas precauciones porque son capaces de romper todo lo que hay a su paso para escaparse.
Un punto a favor de la perra es que se comporta más higiénicamente que cualquier perro al momento de hacer sus necesidades, y también suele ser mucho más sociable con las personas que llegan al hogar. Por lo general el macho suele ser más desconfiado y le cuesta mucho adaptarse a quienes no pertenecen a la familia.