Primera regla de oro, el animal debe tener un nombre corto y jamás debe ser reprendido con ese nombre pues para él este debe suscitarle algo positivo para que reaccione cuando lo llamemos con el correcto tono de voz.
Segundo, desde cachorro debe acostumbrarse a relacionarse con la familia mediante el juego, paseo, llamarlo por su nombre a la hora de su comida. Tercero, no perder la paciencia si el animal no obedece inmediatamente pues este ya intuirá que lo castigarán.
Cuarto, cuando se deje libre a la mascota por primera vez, estar en movimiento con él e interactuar mediante llamados o juegos, de modo que siempre esté atento a lo que haga el dueño, si el dueño se va, el animal irá a su búsqueda inmediatamente.
Quinto, no se debe poner la cadena inmediatamente después que regrese, sino adoptar una postura cariñosa e invitándolo al juego. De lo contrario, este asumirá que cada vez que regresé, el paseo y la diversión culminarán.
Sexto, si se encontrase con otro animal jugando, no llamarlo a gritos, sino hacer que note que debe volver. Séptimo y último, nunca dejar de recompensar al animal ya sea con algo o acariciándolo cada vez que obedezca por mucho que se demore en cumplir una orden.