01 diciembre 2011

Conducta de perros

¿Vuestro perrito tiene conductas inapropiadas? ¿Qué diríais si pudierais re direccionarlas para generar una nueva conducta positiva o reforzar una ya adquirida? Aquí os acercamos un novedoso método para lograrlo.

Un novedoso enfoque: El principio de Premack

No os preocupéis, puede pareceros un tanto confuso en un principio. Este nuevo enfoque en conducta canina, tiene como objetivo la regulación de las conductas inapropiadas que el perro pudiera haber desarrollado, a través de su canalización positiva.

Básicamente, lo que se busca es incorporar ese mal hábito dentro de su línea de entrenamiento diaria, a fin de que éste sea reglado y controlado por el dueño. De este modo -luego de un cierto tiempo- esa conducta será realizada por el perro, sólo cuando su amo lo desee, es decir, nunca.

Para muchos adiestradores, éste es un planteo absurdo, ya que la idea de utilizar la misma conducta reprobada para modificar la misma, parece totalmente ilógica.

Sin embargo, éste es un método que puede ayudaros a solucionar algunos temillas que pudiesen haber quedado fuera de los modos de entrenamiento habitual.

Esta estrategia, consiste en enseñarle al perro a que realice, la conducta que uno busca erradicar, luego de tener una de carácter positivo. De este modo, la mala acción, sirve como un refuerzo de la buena.

Ejemplos para diferenciar la buena y mala aplicación de este principio

Una situación habitual que podemos atravesar los dueños de perros, se relaciona directamente con la destrucción de nuestros jardines.

Un perro que está habituado a cavar en el parque cuando no estáis presentes, puede ser reeducado.

Veamos dos maneras muy similares, pero que generan resultados distintos en el comportamiento del animal:

Primero, ante esta nueva idea sobre conducta, decides delimitar el espacio donde tu perrito lleve a cabo su tan amado ritual. Es decir, impartes una orden sobre esa conducta, la practicas en reiteradas ocasiones y él la aprende.

Pero un buen día llegas a tu hogar y descubres que, cuando tú no te encuentras, él continúa destrozando tu jardín. ¿Qué pasó?

Veamos una segunda forma de aplicar el Principio de Premack.

Al igual que en nuestra primer situación, tú tienes un perro que gusta cavar y le enseñas a realizar dicha acción, sólo en el espacio que TU has asignado para tal fin.

Pero comprendes, que además del lugar donde puede hacerlo –sólo en una primera instancia-, necesitas que incorpore el hábito de cavar sólo cuando tú se lo ordenes.

De este modo, extiendes su entrenamiento de manera tal que, tu perrito, comprenda que no sólo debe hacerlo en esa porción de jardín que has designado, sino que puede hacerlo sólo cuando lo ordenas. Consecuentemente, no lo dejas sólo en el jardín hasta que haya incorporado esta segunda orden también.

Es únicamente entonces, que gradualmente, el perro irá dejando de lado su mala conducta. Tú lo dejarás solo nuevamente en el parque y no encontrarás un desierto al regresar del trabajo. Tu mascota, habrá incorporado el hábito de que no puede cavar a menos que se lo indiques.

Tú no volverás a dar esa directiva de nuevo. Tu perro habrá aprendido a disfrutar del jardín, sin ansiedad, sin estrés y habiendo descubierto un mundo nuevo de posibilidades que surgieron al dejar de lado esa conducta compulsiva.

Ahora los dos se encuentran más felices y tu parque está más verde.