Es cierto que a todos nos gustan los dulces, y ¿por qué no? a nuestras mascotas también, lo que no significa que podamos o debamos comerlas. En nuestro caso, si no tenemos problemas de salud previos, la ingesta de dulces, lo peor que nos puede pasar es engordar algunos kilos de más, en el caso de las mascotas, puede ser bastante más grave.
Los perros en especial pueden desarrollar enfermedades más graves. El chocolate en concreto, posee una sustancia altamente tóxica para los perros. Apenas unos gramos pueden causarle serios problemas cardíacos amén de otros. Darle dulces es, para nosotros, algo inocente e incluso hecho con buenas intenciones pero altamente perjudicial para nuestra mascota.
Es posible también que teniendo en cuenta el gran olfato que poseen nuestros amigos caninos, puedan detectar lo que se esconde detrás de un envoltorio. Así no es de extrañar encontrarnos restos de papel de chocolatina en algun lugar de la casa porque han localizado alguna y han decidido comérsela.
Esto es tremedamente peligroso también ya que los papeles pueden causar severos problemas digestivos. Aparte del chocolate, el exceso de azúcar en sí mismo puede causar a largo plazo enfermedades como el glaucoma, entre otras por lo que es importante recordar que aunque nos parezca lo contrario, cuando negamos dulces a nuestra mascota, lo hacemos por su bien. Siempre será mejor para su salud, ceñirnos a las pautas marcadas por nuestro veterinario.