Hay ocasiones en las que los dueños de un perro se deciden a adoptar a otro pero surge la pregunta sobre cómo introducirlo de forma exitosa y evitando lo más posible los riesgos que puedan surgir. Hay una forma de hacerlo que tiene muy en cuenta la incomodidad que puede sufrir nuestro perro antiguo ante esta situación.
Lo primero es tener en cuenta que si nuestro perro se ha peleado anteriormente con otros perros quizás no sea buena idea introducir otro perro nuevo a menos que tengamos un entrenador o adiestrador para que pueda hacerlo con seguridad. Lo mejor en todo caso sería que el nuevo compañero fuera un cachorro.
Antes de que llegue el nuevo amigo a casa lo ideal es habilitar una zona con todas las cosas de tu compañero habitual y habilitar otra zona para el nuevo. De esta forma evitamos que se pueda producir una “invasión” que desencadene una pelea. Una vez llegado el momento de la presentación, deberíamos hacerlo en un terreno neutral como un parque así conseguimos evitar problemas de territorialidad.
En la presentación debemos ir con otra persona y llevarlos atados. Podemos permitir que se huelan y que hagan sus presentaciones para así determinar cuándo es el momento de ir a casa. Si se inicia una pelea es importante separarlos usando un truco que despiste a los perros. Una vez estén cómodos fuera podemos pasar a casa.
En casa podemos dejarlos en un patio sueltos. Permitir que entre primero el perro “viejo” y más tarde el perro “nuevo”. Debemos darles tiempo y espacio para que puedan acomodarse a la nueva situación y es muy importante recordar estas dos reglas: nunca dejarlos solos hasta estar seguros de que se llevan bien y por último no alterar las costumbres que teníamos con nuestro perro veterano pues así le enseñamos que el nuevo compañero no es una interrupción en su vida.