El gato bombay es un animal muy activo, ágil, muy seguro de si mismo, juguetón y curioso; también es muy sociable y al igual que puede soportar la compañía de un perro puede no llevarse bien con alguno de sus congéneres, puede incluso a llegar a ser con su amo muy posesivo, no soportando la soledad.
El origen de esta raza está en el gato bombay Estados Unidos, en el año 1.958 surgió la idea en el instante que se mezclaron dos razas; una gata burmés con un americano de pelo corto, ojos color cobre y negro. El objetivo principal era obtener un burmés negro, pero el resultado fué un lindo gato con la elegancia de una pantera pequeña.
Esta raza de gato no requiere de cuidados especiales, aunque es recomendable que lo bañemos una vez al año y cepillarlo unas tres veces por semana y aplicarle un pulgicida una vez al mes; además se adapta muy bien a los cambios, por ello es perfecto para apartamentos y pisos, y a diferencia de otros mininos, este convive mejor con un perro que con otro de su misma especie. Con este gato disfrutaremos de un ser adorable, dulce y mimoso que nos respetará en todo momento y será fiel.