Los amos intentan a veces engañar a su perro por distintos motivos, por ejemplo para lograr que salga de la casa o que se aleje de otro animal. Un equipo de Estados Unidos decidió investigar si los perros podían detectar cuando una persona les está mintiendo.
Para averiguarlo, se presentó a los perros voluntarios dos cajas, una al lado de la otra. En una de ellas no había absolutamente nada y en la otra se puso un alimento para que funcionara como recompensa.
A su vez, detrás de las cajas se ubicaron, de manera alternada, dos tipos de personas: uno de ellos era un humano que cooperaba y el otro engañaba. Dicho en otras palabras, el individuo cooperador les daba una mano indicando dónde estaba la comida mientras que el otro intentaba engañarlos apuntando a la caja vacía.
Los científicos vieron que los perros se acercaron más seguido a la persona que cooperaba que a la que los engañaba. Sin embargo, notaron que la diferencia no era tan significativa como para suponer que el animal podía detectar que se le estaba mintiendo.
Concluyeron que, en realidad, los perros no pueden diferenciar entre un ser humano que les miente y otro que los ayuda.
En el caso de este experimento, la diferencia a favor de los cooperadores se debió más que nada a que las mascotas pudieron aprender, a través de la repetición, cuáles individuos decían la verdad y cuáles los engañaban.
“Creíamos que los perros serían más hábiles para detectar las mentiras porque son muy buenos para entender ciertas claves sociales de los seres humanos. Sin embargo, en nuestra investigación no encontramos ninguna evidencia de que puedan comprender las verdaderas intenciones de alguien que los quiere engañar”, dijo Mark Petter, el autor principal del estudio. Petter cree que si se realizan nuevos estudios podría encontrarse que ciertas razas de perros tienen una cierta habilidad para detectar las mentiras.