Hoy día podemos encontrar todo tipo de razas en cualquier parte del mundo aunque las condiciones para su vida no sean las adecuadas lamentablemente. Otra raza que también tiene una historia de rescates y de trabajo junto con los humanos, es el San Bernardo.
Lo ubicamos en sus comienzos en las altas montañas en los Alpes Suizos e Italianos, por el año novecientos veintitrés. Ahí los monjes trapenses en Suiza, tenían como compañero un perro con las condiciones de esta raza. Pero recién para el año mil cuarenta y nueve fue que en uno de los pasos alpinos se fundó un hospicio con el nombre de San Bernardo, un santo, teólogo y erudito católico, tomando de ahí el nombre final.
En ese hospicio se asistía a viajeros y peregrinos y sobre todo se los rescataba de las tormentas, la nieve y la espesa niebla, con ayuda de unos perros muy grandes. La historia recoge muchas anécdotas de salvataje con relación a estos canes, como los relatos que soldados de Napoleón esparcieron por toda Europa. Desde ahí hasta ahora el San Bernardo es símbolo de rescate. En un post siguiente veremos más de sus características y de sí es recomendable tenerlos en casa.