Evitar la dominancia en perros. Cuando un perro toma relación con una familia humana, establecerá relaciones de dominancia o sumisión, que empezarán a forjarse desde cachorro; el problema comienza cuando percibe por parte de alguno de los integrantes de la familia que su posición respecto a ella es de dominancia.
Este problema suele aparecer en la época de la pubertad, que es cuando aparecen sus cambios hormonales y se establecen las jerarquías definitivas en la familia; es necesario por ello seguir unas pautas para modificar su conducta.
Todos los miembros de la familia deben de utilizar adecuadamente el premio y el castigo; siempre se ofrecerá al premio ante una buena acción y el castigo inmediatamente después de una mala conducta, evitando daños físicos y dolorosos. En caso de perros agresivos está desaconsejado el castigo, ya que se puede crear un conflicto.
No se debe de ofrecer comida cuando el la solicite, siempre se le dará unas 2 o 3 veces al día, retirando después el comedero; tampoco se recomienda ofrecer comida cuando los dueños estén sentados a la mesa y siempre debe de comer el último, después de que todos los miembros de la familia lo hayan hecho.
Es importante saber jugar de una forma adecuada; en el juego aprenden cual es su posición en la jerarquía. No se debe de dejar nunca que quede en el juego como dominante y menos con los niños; evitar juegos competitivos y conductas inadecuadas y acabar el juego cuando el dueño lo crea conveniente, por lo que es esencial saber identificar los comportamientos dominantes y sumisos.
Trabajar la obediencia es un punto clave. Se debe de realizar mediante órdenes durante 2 o 3 sesiones al día unos 5-10 minutos; debe de aprender que nada es gratis, y recibir un premio cuando realice la acción solicitada por parte del dueño.
Es necesario fomentar el ejercicio físico para que aumenten los niveles de serotonina y favorezca la obediencia.