Con una de mis perras he vivido esa situación hasta el punto de que pensaba que uno de los juguetes que tenía, un pitufo de juguete, era su hijo y teníamos que tener mucho cuidado con él porque llegaba a atacar si pensaba que estábamos haciendo algo malo con él.
Esto no es realmente una enfermedad. Normalmente al cabo de unas semanas se le suele pasar y lo que hay que procurar es que no llegue de nuevo a darse la situación por lo que, si estás viviendo esta situación, no te asustes, no es malo.