Los parásitos son una de las enfermedades más peligrosas y perjudiciales para nuestro perro. Hambre en exceso, pelo reseco, debilidad, vómitos y quejidos constantes son algunos de los síntomas a los que debemos prestar atención para no llevarnos una sorpresa con nuestro canino.
Las causas más comunes de esto pueden ser una mala alimentación, permitir que nuestro perro se coma desechos de demás animales, comidas dulces e incluso leche, ya que no toleran la lactosa. Los parásitos gastrointestinales pueden producir anemia, vómitos, diarrea y hasta la muerte es lo que puede provocar una plaga de parásitos que se aloje en el intestino de nuestro can. Otra cosa que no debemos pasar por alto es la alta probabilidad de contagio de estas plagas, ya sea en humanos o caninos.
El proceso de desparasitado se debe hacer en cachorros cada tres meses, y en el caso de los adultos cada un año, al menos. El veterinario es siempre la mejor opción para este tipo de problemas, pero un remedio casero que siempre funciona, según dicen es darle vinagre y después aceite a los perros.
Atención, pero el vinagre sólo matará al parásito que está suelto en el intestino, no a los que están en la bolsa, y el aceite ayudará a nuestro can a evacuarlo. Por su parte, las pastillas o gotas, lo que lograrán será romper la membrana de la bolsa en que se alojan los gusanos quemándola con una reacción química y después matará a todos los gusanos con el mismo procedimiento, para que después sean expulsados. El ajo también es un remedio casero efectivo, pero al igual que el vinagre con aceite, sólo nos sacará del apuro para que nuestro can recobre un poco de fuerzas.
Este, al igual que cualquier tratamiento médico debe ser realizado por un veterinario profesional, ya que él nos aconsejará sobre lo mejor para nuestro perro y sabrá cómo reaccionar en caso de que las cosas salgan de manera imprevista.