Los perros, como las personas, también pueden ponerse enfermos y vomitar. Sin embargo, hay algunos alicientes que nos hacen preocuparnos más por esos perros debido a que pueden ser vómitos que presagien otras cosas.
Has de preocuparte (y acudir a un veterinario) cuando:
* Los vómitos sean de cachorros.
* Estos vómitos no se detengan (es decir, que vomite varias veces seguidas)
* El perro está apagado, le cuesta levantarse, mantenerse despierto, etc.
* Los vómitos sean extraños (con sangre, bilis, etc.)