Es muy común encontrar anuncios en los periódicos, pegados en los árboles y en otros lugares, dando recompensa por mascotas perdidas. Todo ello hace parecer que las mascotas se han extraviado y que sus dueños muchas veces los niños, están apenados, desesperados, por su pérdida.
Pero muchas veces, la mascota no se ha extraviado, sino que ha sido secuestrada y antes de pedir rescate por ella, esperan que sus dueños ofrezcan recompensa. El secuestro ha cambiado de forma.
Muchas veces en vez de secuestrar a una persona, secuestran a su mascota, que es también redituable y menos peligroso, porque las autoridades aún no han establecidos redes para perseguir a los secuestradores de mascotas, y si los agarran robando a un perro o un gato no tienen mucha prisión.
Estos secuestradores disfrazados, actúan en parques y lugares, donde llevan a las mascotas a recrearse, ellos saben cuanto quieren a sus mascotas y si el dueño es un niño mejor para ellos, porque van a pagar mucho dinero por su regreso. Los secuestradores después devuelven a la mascota como que la encontraron, cobran la recompensa y los dueños de ella quedan agradecidos porque la devolvieron.
También está el secuestro común, que después comienzan con las llamadas pidiendo rescate y que de lo contrario le van a quebrar una pata… Si no pagan el rescate, los venden a criaderos o a personas que esperan una mascota de buena raza.
Lo más eficaz, es que se tenga mucho cuidado cuando se pasea con una mascota, no dejarla suelta sola.
Los abogados quieren que se establezca como delito el secuestro de las mascotas, ya que ellas sufren un trauma al sentirse lejos de todos sus afectos, y muchas veces ni comen.