
Al no poder jugar y relacionarse con otros perros, surgen cambios de carácter y comportamiento, dando lugar a la aparición de manias como ladrar o saltar sin parar, dar vueltas sobre sí mismos, perseguirse la cola, llegando en ocasiones a mutilarse parte de ella, así como destruir la casa y romper los comederos y bebederos.
Es necesario para el animal desgastar la energía que acumula para mantenerse equilibrado física y psicológicamente; la solución es realizar un programa de ejercicio adecuado a sus necesidades, para mejorar la condición física de la mascota, mediante un buen paseo en la montaña o en la playa o realizar algún deporte para perros.
También resultaría efectivo buscar un grupo de compañeros, con los que pueda pasar varias horas todos los días jugando y relacionándose al aíre libre, a la vez que le ayudará a sociabilizarse; de esta forma descargaría toda su energía energía y volvería a encontrar el equilibrio psicológico y restablecer su comportamiento.