
Mediante marcas olfativas el gato establece una comunicación con los otros felinos en la que les indica que ese es su territorio y que se deben mantener alejados si no quieren entrar en conflicto. Esta comunicación, en la mayoría de los casos, suele servir para disuadir a los visitantes que pretendían cruzar la barrera establecida por el gato.
Cuando un gato domestico se encuentra con un intruso en su territorio, el lenguaje corporal en un gran número de ocasiones basta para dirimir las diferentes. La expresión es tan importante para defender su territorio que una simple mirada hasta para alejar agresor.