Los gatos necesitan estar descansados y lo que suelen hacer durante el día es dormir durante todo el tiempo, salvo momentos en los que se despiertan para comer algo, acudir a la llamada de sus dueños e incluso hacer sus necesidades. Los períodos de tiempo suelen ser muy cortos, debido a que el gato se suele levantar con cierta frecuencia de su cama o del lugar donde se encuentre descansando.
A pesar del largo tiempo que duerme un gato, frecuentemente se encuentra en una fase de sueño muy ligera, algo que se puede comprobar mirando fijamente al gato y viendo que nos atiende si le llamamos o simplemente se produce algún sonido. En otras ocasiones el gato se encuentra en una fase de sueño profundo, una fase en la que normalmente suelen mover los músculos de la cara y especialmente los ojos.
Si vemos que nuestro gato no duerme lo suficiente o simplemente no descansa bien, puede ser un síntoma de ciertos trastornos y es recomendable acudir al veterinario. En todo caso, un gato habitualmente suele dormir entre 15 y 18 horas de media, un tiempo realmente prolongado de descanso.