Eso a menudo suele suceder cuando no está acostumbrado a los cambios (y de pequeño pasa mucho) con lo que a veces es mucho mejor cambiar la alimentación gradualmente para que no pase a mayores (porque es posible que deje de comer hasta que le vuelvas a dar la alimentación a la que está acostumbrado.
- Dos primeros días: 20 por ciento de la alimentación nueva y 80% de la alimentación actual.
- Dos siguientes días: 50 por ciento de la alimentación nueva y 50 de la alimentación actual.
- Dos últimos días: 80 por ciento de la alimentación nueva y 20% de la alimentación actual.
De este modo te evitas que tenga problemas con la alimentación y también lo vas acostumbrando al nuevo sabor de su comida, algo que a veces no se tiene en cuenta y, claro, al final puede provocar problemas gástricos en los animales con lo que al final tienes que acabar llevándolo al veterinario.
Si has de cambiar la alimentación, ten presente la alimentación necesaria para pasar el periodo de cambio.