Educar al “engreído de la casa” requiere mucho cariño y paciencia. Cuando el cachorro hace algo mal, primero evitar el nerviosismo y no reaccionar con gritos o algún mal golpe que puede ocasionar el que el cachorro se sienta maltratado y no forme vínculos con nosotros. Lo mejor es hablarles con seriedad.
Si bien es cierto lograr un “cachorro civilizado” va a depender de qué tan joven es. Mientras más adulto es, más ardua la tarea. Para esto la correa, el collar, los juguetes, la comida-recompensa y el clicker son elementos que ayudarán.
Un modo eficaz de este último es emplearlo cuando el perro haya hecho algo bueno junto a su respectiva comida-recompensa. De esta manera cada vez que escuche el “click” obrará de igual modo.
Su manía por morder todo es inevitable, más aún si se trata de uno mismo. Cuando esto ocurra, hacer una queja o sollozo para que note el daño que provoca y cuando este solo dejar las luces prendidas y la radio para evitar destrozos por ansia de separación
De otro lado, el chantaje emocional a través de su llanto siempre se da cuando quieren dormir con uno o quieren algo: Acostumbrarlo a su propia cama, hacer que se siente para recibir algo y relacionarlo con otros perros para que sea más social y tenga mejor conducta.