
Lo ves al lado de la mesa mientras estás comiendo tu pavo y él te mira con ojitos de pedirte algo… seguro que no puedes resistirte, pero debes tener cuidado. El organismo de tu mascota no es como el humano y los excesos y caprichos pueden ocasionarle algún problema que otro.
De hecho, los veterinarios viven en las fiestas de Navidad una punta especial de trabajo, ya que las golosinas con las que muchos dueños obsequian a sus perros acaban, más de una vez, provocando trastornos gastrointestinales severos, como vómitos y diarreas.
Para evitar esto debes pensar que la comida típica de Navidad es mucho más fuerte y condimentada de lo normal, con lo que puede afectar más de la cuenta el sistema digestivo de las mascotas, que además están acostumbradas a un alimento nutricionalmente balanceado.
Otra costumbre muy peligrosa es darle huesos a nuestro perro, ya sean de ave, cordero o cerdo. Debes evitarlo a toda costa, porque existe muchas posibilidades de que se astillen al morderlos el animal, con lo que se pueden clavar en su intestino, provocando problemas muy serios. Por otra parte, los dulces también pueden hacer que el perro tenga trastornos intestinales importantes. Lo mejor para estas fiestas es que tengas golosinas especiales para perros con las que dar una alegría a tu mascota.