Si se le enseña desde pequeño, un perro puede llegar a entender (a su manera, obviamente), ciertos gestos, palabras y expresiones de su dueño. Esto también incluiría reconocer su propio nombre.Muchas personas no saben cómo hacer que su perro se acostumbre a su nombre y lo reconozca cuando se le llame.
Lo primer que debemos hacer al tener un perro en casa es elegir el nombre perfecto para él (si es corto mejor), y repetirlo frecuentemente, sobre todo durante las primeras semanas de convivencia con él.
El tono que se debe usar cuando se le llama debe ser firme y alegre (refuerzo positivo), de esta manera, el perro lo adquirirá como algo positivo y acudirá a nosotros cada vez que lo escuche.
Entre las técnicas de refuerzo positivo encontramos las caricias, las golosinas (premios), elogios verbales (¡Muy bien!) o una combinación de todos ellos. Cada vez que el perro acuda a la llamada o reconozca su nombre mirándonos, deberemos premiarle con algunos de estos refuerzos.
Junto con la voz, podemos utilizar algún movimiento que ayude al perro a reconocer su nombre y a venir junto a nosotros, como por ejemplo un chasquido con los dedos o darnos golpecitos en las rodillas con las manos invitándolo a venir.