
Para limpiar las orejas debemos tener a mano una crema especial para ello aunque puede usarse suero fisiológico. Debemos humedecer un algodón con él y escurrir el líquido sobrante para que no caiga dentro de los oídos de nuestro can. Entonces estregamos generosamente el algodón por la parte de la oreja que vemos.
Luego con un bastoncillo humedecido con la misma solución y sin que gotée limpiamos los recobecos de las mismas. Debemos tener presente que sólo debemos limpiar aquella parte que vemos, la que no podemos ver es totalmente competencia de un veterinario. Ahora veremos como limpiar los ojos correctamente.
Con un algodón humecedido (no empapado) ablandamos primero la zona. Luego cogemos otro igual y limpiamos suavemente desde el lacrimal hacia atrás sin hacer demasiada presión. Estas tareas deben hacerse al menos tres veces en la semana para mantener una higiene correcta de las zonas y siempre recordando hacerlas con mucha delicadeza.