Hay una regla básica en cuanto a la forma de educar a nuestras mascotas, evitar el castigo negativo que infunda el miedo. En muchos hogares la premisa básica para adiestrar a las mascotas es usar elementos que susciten en el animal sentimientos desesperados de miedo y horror.
Curiosamente los perros son muy sensibles a ciertos sonidos y ciertas posturas. Algunas personas, sobre todo los niños, descubren algo que atemoriza a su perro y lo usan hasta casi crear un trauma. Lo que para muchos es un juego, para el es un horror.
Si se descubre que un silbato, una pequeña corneta o el ruido de un papel de periódico lo espanta, muchos optan por usarlo como castigo cuando su mascota hace algo mal. Esto es un grave error. De esta forma nuestra mascota más que interpretar que lo castigamos, interpreta que lo queremos intimidar y lo peor es que no entenderá por qué.
Un simple “NO” rotundo y firme basta para hacerle saber que su conducta no es adecuada. También podemos juntar los 5 dedos y darle un suave toque en el lomo, simulando una pequeña e indolora mordida a la misma vez que decimos “NO”. Si tratamos de adiestrar a nuestro perro con el método de infundir miedo es probable que cuando crezca tengamos que lidiar con problemas mayores que van desde un perro desequilibrado con una conducta ansiosa a un perro agresivo que reacciona ante el mínimo estímulo de amenaza.