28 marzo 2013

Cómo castigar a un cachorro

Aunque no me gusta el título de este artículo, lo he titulado así porque es una de las consultas que más me demandan los propietarios: cómo castigar a un cachorro. Para empezar hay que decir que no se puede castigar nunca a un cachorro, porque el castigo no sirve de nada. Para que un castigo funcione, uno ha de ser consciente de lo que ha hecho mal, ¿verdad? A un niño, por ejemplo, que ha roto algo que no debería haber tocado, le puedes decir: “te dije que no lo tocaras, lo has tocado, lo has roto, y ahora te invito a que te vayas a tu habitación durante media hora para que reflexiones sobre tus actos”.

Un cachorro o un perro no es un ser humano racional, esto significa que es incapaz de comprender si ha hecho bien o ha hecho mal en sus actos. A partir de ahí, si castigas a un cachorro lo harás para sentirte tú mejor, porque obviamente, el castigo no funcionará.

Vamos a cambiar la palabra castigar por regañar. Hay que utilizar la energía y comunicación verbal que ellos mismos utilizan para reprender una conducta: ante algo que está mal, la madre utiliza el gruñido, el ladrido y hasta un amago de mordida para regañar a sus cachorros. Lo hace en el mismo momento en que el cachorro realiza la mala conducta.

¿Verdad que es totalmente surrealista pensar que si un cachorro rompe algo, cuando la madre regrese y vea aquello roto le regañe? Es surrealista porque evidentemente no cabe en su raciocinio este esquema de acción-reacción atemporal, las conductas las regaña en el momento en que ve la mala conducta.

Pues bien, como propietario debes reaccionar igual que lo haría la madre: regañando en el mismo momento en que sucede la mala conducta, no cuando ya haya pasado, hayan pasado 5 minutos o una hora, no importa porque tu cachorro solo asociará la conducta que tenga en ese momento con tu regañina.

Esto es muy común: el cachorro se queda solo, sufre ansiedad y muerde y destroza un cojín. Llega el propietario, el cachorro se pone muy feliz, el propietario ve el cojín y le regaña: en ese momento, el cachorro entiende que no puede reaccionar de forma feliz cuando vea el dueño, ¡no está pensando en el cojín! Por tanto, no importa que le regañes, pegues, encierres o lo que se te ocurra, porque no aprenderá ni entenderá tu reacción.

Una vez tenido claro que las regañinas deben hacerse en el mismo momento en que suceden, por muy mal que haya sido el comportamiento de tu cachorro, nunca utilices la violencia física, nunca. Lo único que conseguirás es que tu cachorro desconfíe de ti, desarrolle miedo e incluso agresividad a lo largo del tiempo, porque lo que le estás enseñando es a ser violento.

Por tanto, como he dicho antes, el mejor “castigo” es utilizar una energía firme, un tono de voz firme, y el NO o el SHHH para regañar. Intenta evitar las malas conductas, recompensando siempre aquellas conductas que sean opuestas, es decir, que es mucho más efectivo para su equilibrio emocional que recompenses las buenas conductas, que estés siempre enfadado/a regañando las malas. Intenta conseguir el equilibrio para educar, y respeto sobre todo a tu cachorro: te aseguro que lo que más desea es aprender cuanto antes para poder hacerte feliz.