Muchos propietarios que adoptan un cachorro, se encuentran con un animal que ya viene traumatizado, por lo que curar a nivel emocional y psicológico al cachorro se hace muy difícil al ignorar la raíz del problema. En cambio, si se sabe cuál ha sido el origen del trauma, hay que trabajar para que el cachorro aprenda a asociar el entorno, la causa, etc. de ese trauma con algo que no tiene por qué volver a ser desagradable. Por ejemplo, la visita a un veterinario. Un simple pinchazo puede crear un trauma en el cachorro: para evitar que el cachorro desarrolle una fobia a la visita veterinaria, hay que aderezarlo con recompensas, con premios, para que la visita veterinaria no solo sea daño, sino que haya un equilibrio.
En cuanto al cachorro con trauma cuyo origen desconozcas, te recomiendo que te armes de paciencia, y lo eduques hacia la confianza. Para ello, debes dedicarle tiempo y mucho amor. Sácale a pasear, que haga ejercicio, que se relacione con otros perros, con otras personas, que interactúe con su entorno para que vaya retomando confianza y autoestima. Es fundamental que todas estas interacciones sean positivas. El ejercicio es muy buen aliado, así como las sesiones de juegos, a poder ser, acompañados de otros perros, que puedan servirle de terapia.
En casos graves de perros que muestran tanto miedo que se orinan, que pueden llegar incluso a morder, te recomiendo que lo sometas a tratamientos homeopáticos y naturales, como las Flores de Bach e incluso la acupuntura, y si no funcionara, no dudes en consultar con tu veterinario y asignar al cachorro un tratamiento farmacológico para reducir la ansiedad que produce un estado de miedo crónico continuo.
No pienses que tu cachorro no mejorará: dependerá de cómo lo eduques, de afrontarlo a sus miedos, para que tu cachorro crezca liberado de miedos y temores.