La displasia de cadera es una malformación de la articulación del hueso que une la cadera con la pata trasera. Esta malformación, como he comentado, resulta molesta y/o dolorosa, puesto que dependiendo de los movimientos que realice el perro tendrá más o menos dificultades para subir o bajar escaleras, sentarse, tumbarse, etc. Afecta sobretodo a razas de perros grandes y gigantes, como puede ser, el Pastor Alemán, el Golden Retriever, Rotweiller, Mastín, Terranova o Labrador, ¿por qué? Porque son cachorros de gran tamaño cuyo crecimiento es mucho más rápido que el de las razas pequeñas, por lo que este crecimiento supone muchas veces que los huesos que aún están blandos se vean afectados con este tipo de malformaciones.
Al ser una enfermedad congénita, tendrás que realizar revisiones si has adquirido un cachorro de raza grande. Estas revisiones deberán empezar a los 3 meses de edad y hasta los 3 años, que es durante este periodo cuando a través de una radiografía el veterinario podrá comprobar si desarrollará o no esta enfermedad. Puede que los padres de tu cachorro no hayan sufrido de displasia, pero en cambio sí los abuelos o bisabuelos, de una forma u otra no debes preocuparte, puesto que si tu cachorro sufre de displasia puedes conseguir que lleve una vida normal.
Mis recomendaciones si eres propietario de un cachorro de raza grande o gigante son las siguientes:
- Si eres propietario de un cachorro de raza grande o gigante consulta con tu veterinario la posibilidad de hacer radiografías puntuales para diagnosticar la enfermedad a partir de los 3 meses y hasta los 3 años.
- Si tu cachorro ha sido diagnosticado con displasia de cadera y teniendo en cuenta que el principal problema es el rápido crecimiento que no da tiempo a que las articulaciones se fortalezcan, no realices ejercicio intenso con él.
- Evita que durante los juegos salte o haga movimientos bruscos.
- Si vives en la costa o tienes piscina, intenta que tu cachorro realice ejercicios dentro del agua. La natación será su mejor aliada para fortalecer su cadera.
- Vigila su peso: el sobrepeso siempre irá en su contra. Controlar su peso será fundamental para evitar daños más severos.
- Cuida su alimentación: una alimentación de calidad que le aporte los nutrientes necesarios permitirá que sus huesos y articulaciones se fortalezcan.
- Recurre a la castración de tu perro. Si decides cruzar a tu perro con displasia favorecerás el nacimiento de cachorros con esta enfermedad.
- Cuidado con los climas húmedos. La humedad puede empeorar el dolor, por lo que no estaría de más que recurrieras a la colocación de una bolsa caliente sobre la zona y a un buen masaje que pueda calmarle las molestias.