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02 marzo 2009

Haemobartonelosis canina y felina: un enemigo al acecho

Esta enfermedad es causada por un parásito sanguíneo, de diferentes variedades según la especie afectada, que es transmitido a través de vectores como pulgas, garrapatas y mosquitos.

Estos luego de picar a un animal infectado, trasmiten por picadura posterior a otro animal de su especie el microorganismo, que se multiplica en la sangre, se adhiere a la superficie de los glóbulos rojos y provoca su ruptura, con la consiguiente anemia, a veces sobreaguda.

Otras veces puede ocultarse un tiempo en las paredes de los pequeños vasos, hasta que en la ocasión adecuada para su desarrollo, por ejemplo una situación de stress, se multiplica rápidamente (en horas), provocando una crisis hemolítica aguda (se llama así a la ruptura de muchos glóbulos rojos de golpe).

Esta hemólisis sobreaguda, provoca síntomas a veces verdaderamente fulminantes. Se trata de anemias severas, que se manifiestan desde un simple decaimiento e inapetencia, inactividad, duermen mucho, hasta que casi no pueden caminar porque dan unos pasos y se echan. Las mucosas de la boca y los ojos se ven muy pálidas, hasta a veces amarillas (ictéricas), por la destrucción masiva de glóbulos rojos, y a veces presentan alta temperatura. A veces llegan a niveles tan bajos de glóbulos (casi incompatibles con la vida) que requieren transfusiones sanguíneas.

Lo que llama la atención es que el animal está bien y de repente, de un día para otro muestra estos signos.

De no ser detectado a tiempo, y según la respuesta orgánica propia de cada animal, la enfermedad puede ser mortal.

En la población felina, es mucho más frecuente que en la canina (al menos en Buenos Aires). El motivo de incluir este tema en la nota, es alertar ya que se están dando muchísimos casos de esta enfermedad sobre todo entre los gatos de la zona.

Ante la sospecha de la enfermedad, se debe tomar una rápida muestra de sangre de la oreja por ejemplo, se hace un extendido en un vidrio y se colorea en el laboratorio. La presencia de parásitos, independientemente de la cantidad, significa positivo y debe tratarse. Se utiliza un antibiótico específico durante varios días y luego debe volver a chequearse la sangre, ya que a veces parecen estar curados pero aún persisten pocos parásitos, y pueden volver a repetir el cuadro en breve lapso.

Es fundamental el control de vectores, básicamente de pulgas (y garrapatas en perros). Son muy útiles los sistemas que se aplican sobre el lomo, con una duración de un mes promedio. También son prácticos algunos aspersores que trabajan por contacto y son de baja toxicidad y larga duración, sobre todo cuando se inicia la temporada de calor que favorece el desarrollo de pulgas y otros. Esto ayuda mucho a la prevención.

Del mismo modo, se deben controlar y chequear animales que conviven con otro animal diagnosticado como positivo aunque no presenten síntomas.
Esta enfermedad no es contagiosa para el humano. Algunas variedades (pero que no se han encontrado en la Argentina), si podrían potencialmente transmitirse al hombre, de modo que no constituye un peligro para la población humana.

Así que ojo si su animal tiene o tuvo gran cantidad de pulgas y/o garrapatas, y presenta un cuadro anémico de aparición brusca; siempre deberá descartarse este enemigo silencioso antes que sea demasiado tarde.

Ante cualquier duda, ya sabe, consulte con su profesional de confianza, pero ¡no lo deje para mañana!

Dra. Silvia E. Belliard
Médica Veterinaria –MN 6952-
Ex Docente de la UBA

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