Existe por ahí la creencia de que este perro es muy agresivo debido a que tiene problemas en el crecimiento de los huesos de la cabeza. Hay quienes piensan que hay un hueso que les crece e el interior del cerebro, clavándose en la masa cerebral del animal, lo que provocaría el comportamiento agresivo.
Según otras teorías, los huesos de su cerebro crecen a un ritmo inferior al de su cerebro, por lo que este, comprimido, sufriría una alteración causante de la agresividad de estos perros.
Está claro que ninguna de estas teorías son ciertas, y tampoco es verdad que esta raza de perros estén “locos”. Lo cierto es que parte de la culpa de estas falsas creencias tiene que ver con su aspecto, que es de todo menos amigable (de hecho, es el perro que usaban muchos miembros de las SS en la Segunda Guerra mundial para intimidar), pero la realidad no es así.