Nuestros mejores amigos pueden estar pasando por un mal momento debido a la formación de cálculos en las vías urinarias.
Estos cálculos (piedras o piedrecillas) pueden alojarse en cualquier parte del sistema urinario, es decir en vejiga (la mayoría de las veces), riñones, ureteres o uretra.
Los cálculos urinarios en perros, al igual que en los humanos, se forman por diversos motivos. Uno es por la excesiva presencia de minerales, que se cristalizan formando estas piedras; éstos son amonio, calcio, fósforo o magnesio. En otros casos los cálculos se forman debido a cambios en el PH de la orina. Cuando ésta es demasiado alcalina (cálculos de estruvita) o demasiado ácida (cálculos de oxalato de calcio o de ácido úrico). En ambos casos la alimentación juega un papel importante.
También la presencia de bacterias en el tracto urinario puede dar lugar a la aparición de cálculos, así como la administración de ciertos medicamentos.
Los síntomas de cálculos urinarios en perros son: mayor frecuencia para orinar, cambios en el aspecto de la orina (como la presencia de sangre), dolor al orinar y pérdidas de orina en sitios inhabituales. Además el perro puede mostrarse abatido e inapetente, con cambios en su humor producto del dolor que está padeciendo.
El diagnóstico de estos cálculos lo realizará el veterinario mediante análisis de orina, radiografías o estudios de ultrasonido. Luego de detectados los cálculos, el veterinario propondrá las estrategias para solucionar el problema
Si el cálculo ha obstruido las vías urinarias, deberán introducirle una sonda para absorber la orina de la vejiga junto con el cálculo. Otro procedimiento es la intervención quirúrgica para la extracción del mismo. En algunos casos se puede intentar la disolución del cálculo, mediante la administración de ciertas sustancias apropiadas.
Cuando los cálculos se deban a la presencia de bacterias, se le administrará el antibiótico adecuado, dependiendo del tipo de infección.
La presencia de cálculos urinarios en perros, es una de las enfermedades más comunes del aparato urinario canino, que bien llevada puede ser superada completamente, aunque el perro tendrá siempre tendencia a padecer este tipo de trastorno.