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27 enero 2009

Los premios y castigos en los perros

Desde que un cachorro entra en nuestra casa tenemos que tener en cuenta que lo más importante durante los próximos meses va a ser él, y para que podamos convivir es imprescindible que lo eduquemos perfectamente.

Uno los métodos para educar a un perro es premiando su buen comportamiento y su obediencia ante las órdenes que le damos. Los premios son fundamentales para ir educando de forma positiva a nuestro animal y para que nuestra mascota se sienta motivada a la hora de cumplir tus órdenes. Galletas, pavo o salchichas, son unos ejemplos de cosas por las que un perro haría cualquier cosa. Antes de empezar, tenemos que tener claro que nada en esta vida es gratis, así que si nuestro perro quiere una galleta o su juguete favorito tendrá que sentarse, tumbarse o hacer lo que le mandemos. Así, verá recompensado su esfuerzo.

Uno de los lugares en los que los perros esperan obtener comida, es mientras cocinamos o abrimos la nevera; poniendo cara de pena nos incitan a darles algo que no se han ganado. Hay que tener muy claro que si quiere algo tendrá que ganárselo. Asimismo, no debemos darle un premio si acaba de hacer algo malo o acabamos de regañarle, ya que eso lo confundiría.

Los perros aprenden por repeticiones, si cada vez que se siente o que le obliguemos a sentarse, le damos un premio, asumirá que cuando oiga la orden de “sentado” obtendrá comida. Poco a poco debemos ir espaciando los premios al dar la orden y sustituirlos por caricias o buenas palabras, para que al final solo nos obedezca porque nosotros se lo decimos y su única recompensa será un “muy bien”. Sino nuestro perro solo nos obedecerá si le damos comida. Debemos tener en cuenta que no hay que abusar de ciertos premios, tales como salchichas, ya que no es un alimento muy sano.
No olvidemos que todo proceso de aprendizaje requiere su tiempo, y nuestro perro no puede aprender todo en cinco minutos. Asimismo, debemos tener en cuenta que al igual que las personas, nuestras mascotas se cansan y se aburren. Por lo tanto, no podemos exigir que este todo el día sentándose o tumbándose, ya que podríamos causar el efecto contrario y retardar el aprendizaje. Una buena manera de educar a nuestro cachorro y enseñarle trucos nuevos, es marcarnos cinco minutos cada día para repasar lo aprendido el día anterior, y aprender algo nuevo.

Respecto a los castigos, debemos huir de las correcciones físicas, ya que lo único que conseguiremos es que nuestro perro sea miedoso. Los perros no aprenden a base de violencia, al contrario, esto puede ser contraproducente. Con ese tipo de castigos solo conseguiremos tener un perro inestable mentalmente. Los castigos pueden ser muy variados, pero un “no” fuerte y rotundo conseguirá que tu perro asimile que lo que ha hecho no está bien. Tanto los premios, como los castigos deben de hacerse en el mismo momento en el que el perro hace la acción, ya que sino nuestro perro no entenderá el porqué. Asimismo, es aconsejable que nuestro tono de voz sea firme y calmado, solo deberíamos gritar en casos extremos o de peligro. Los animales no entienden más cosas porque les gritemos más. La paciencia, la firmeza y la constancia son tres cualidades indispensables a la hora de educar a un perro.

Elena Mansilla Lozano
Redacción Perros.com