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18 abril 2012

Mascotas y divorcio

En Animales y Mascotas queremos hablaros ahora de qué hacer cuando en un matrimonio en el que se comparte una mascota, como un perro o un gato o cualquier otro animal, se produce un divorcio ya que son cada vez más las personas que acaban recurriendo a un juzgado para que se decida cuál de los dos se queda con esta.

De la misma manera que sucede con los hijos, muchas parejas que se divorcian optan por la vía legal a la hora de tomar la decisión de qué parte se ha de quedar con la mascota que incluso puede llegar a vivir en custodia compartida. Veámos qué hacer cuando se produce un divorcio y además tenemos una mascota.

Qué hacer cuando nos divorciamos y compartimos una mascota.

Cada vez más parejas separadas o divorciadas consideran que el asunto con respecto a sus mascotas no puede solucionarse por medio de un acuerdo verbal y es por ello que se recurre al asesoramiento de abogados y a la sentencia de un juez que de este modo estipule como va a vivir tras la separación el animal en cuestión.

Cualquier mascota necesita de nuestros cuidados y atenciones, por lo que de producirse un divorcio en la familia deberémos tenerles en cuenta ya que ellos forman parte de lo que antes fué la unidad familiar y si a esto le sumamos el que haya niños es habitual que estos quieran quedarse ellos con la mascota y que de este modo convivan con el padre o la madre o quién tenga la custodia de los menores.

Para las parejas sin hijos y que tan sólo tengan una mascota, o varias, es quizás también una buena opción el llegar a un acuerdo judicial o si lo tenemos claro desde el principio aceptar que el animal deberá vivir con la parte que vaya a cuidarla más y sobretodo qué tenga un habitat más adecuado.

Habitualmente las mascotas que llevan mucho tiempo en una casa están acostumbrados a este ambiente por lo que quizás deberémos tener en cuenta si una de las partes se queda la casa o el piso que antes fué del matrimonio y donde debería seguir viviendo la mascota antes de cambiarla de entorno o llevarla a vivir a una casa en la que no acabe de encontrar su sitio.

Además podemos llegar a pactar visitas tal y como se hace con los niños para que de este modo la mascota tampoco eche de menos a ninguna de las partes y es que aunque a veces no lo notemo, ellos pueden llegar a identificarnos (sobretodo en perros) como parte de una manada de la que no tenemos porque separar al animal.

El sentido común es quizás la mejor solución a la hora de dividir la custodia de un animal tras un divorcio. Todavía no existe una ley o estatuto que permita que un juez se rija a la hora de saber con quién tiene que quedarse un animal en el caso de un divorcio por lo que de nuevo repito que es mejor tener en cuenta todos los factores que puedan afectar negativamente a nuestro animal y procurarle siempre lo mejor.

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