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06 julio 2010

Las mascotas y el comportamiento con los niños

Es muy común lamentablemente que se den casos de personas atacadas por animales domésticos, como los perros. Generalmente se produce mucho miedo cuando existen niños pequeños en una casa donde conviven este tipo de animales, y muchos padres se preguntan si es correcto que un chico tenga a su propia mascota o si es peligroso.

Lo primero que hay que aclarar es que es necesario desechar la idea de que la maldad de los perros se debe a una cuestión de razas. No hay nada más alejado de la realidad que esto. Un pitbull o un rotweiller pueden ser completamente cariñosos, mientras que un golden puede presentar un comportamiento agresivo.

El comportamiento de una mascota está supeditado a dos aspectos: el físico, ya que el mal comportamiento se puede dar por alguna falencia en el organismo, y el aprendizaje. El modo de ser de un perro es el fiel reflejo de la enseñanza de su dueño. Si uno es cariñoso y amoroso con el can, no existe ningún problema para que los niños crezcan acompañados de la mascota, al contrario, los enriquecerá muchísimo en lo sentimental.

Por el contrario, si se le pega al perro, se lo ata o se le grita sin motivo, si no se le presta atención, cariño, atención médica y nutricional, la mascota se transformará en un nudo de agresividad y celos, ya que se verá desplazada por la presencia de un niño en la casa. Así se producen los mayores accidentes fatales por mascotas agresivas.

Lo mejor es que el niño y la mascota se conozcan mutuamente y aprendan a quererse y a acompañarse. De este modo se formará un lazo especial entre ambos que traerá frutos en el futuro.

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