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20 julio 2010

Mascotas: Perros con sarro dental

¿Su perro ha perdido el apetito o ingiere sólo algunos alimentos? Obsérvelo detenidamente porque su mascota podría tener sarro y esto podría ocasionarle fuertes dolores y hasta la perdida de piezas dentales.

El sarro es una partícula que se va adhiriendo a la pieza dental y persiste con el paso del tiempo.

Es habitual que los perros después de una determinada edad comiencen a tener problemas dentales y algunas razas son más propensas a perder los dientes. “Las mascotas rottweiler o yorkshire terrier son más propensas a tener sarro y esto genera un intenso dolor que no los deja comer”, explican los especialistas.

Uno de los puntos fundamentales para evitar la acumulación de placa bacteriana o sarro dental es una dieta dura. Una alimentación a base de alimento balanceado y sin ingesta de otras sustancias blandas que son las que logran adherirse con mayor facilidad a la pieza dental y provocan el indeseado sarro y mal aliento. Existen en el mercado algunos alimentos con complejos vitamínicos antisarro, que pueden ser consumidos por todas las mascotas partir de los seis meses.

Si tu perro presenta un olor desagradable en la boca y sus dientes tienen una película amarilla oscura o marrón en la parte más cercana a las encías, quizá sea oportuna una visita al veterinario.

El médico de tu mascota evaluará la gravedad del caso y te indicará el tratamiento que, como mencionamos anteriormente, consiste en primera instancia en suprimir los alimentos blandos. El especialista puede recomendarte que le realices a tu perro una limpieza con pasta dentífrica en tu casa. No es necesario que lo hagas todos los días, sino dos o tres veces por semana. En caso de que la situación sea más delicada y el animal necesite una limpieza más profunda se procederá a sedarlo y el veterinario realizará un pulido en el consultorio.

Es preciso que dediques un tiempo al cuidado dental de tu mascota, así como lo haces con tus dientes, para evitar complicaciones futuras. El exceso de sarro puede provocar ulceras en las encías, infecciones y perdida de las piezas dentales.

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