En primer lugar, es importante identificar las fases por las que pasa el celo de una gata. Ellas son cuatro y sus denominaciones son: Poestro, estro, diestro y anestro.
En el poestro, la gata intenta de cualquier forma atraer al macho. En esta etapa, la felina no deja que el macho la monte. En el estro, el comportamiento de celo ya es tal con todas las letras: la gata se deja montar por el macho. El diestro es la fase entre un estro y otro, y el anestro es la fase de reposo.
El comportamiento de celo se manifiesta por el constante maullido de la gata, que se frota en todas partes, se tira al suelo revolcándose y si uno intenta tocarla se pone rígida: hunde el lomo y desvía la cola. Son mimosas y corretean alrededor de su dueño tratando de llamar la atención.
A diferencia de los machos, ellas no marcan el territorio con su orina.
Via: www.mascotas.org