Cuando llega el deseado momento de las vacaciones, una de las épocas para descansar y relajarnos surge la pregunta, y uno de los motivos de estrés prevacacional y es ¿qué hacemos con nuestro gato? Tranquilidad porque hay soluciones para todos.
Si el gato es pequeño y te vas a un hotel donde permiten animales puedes llevártelo contigo. También cuando vas a pasar unos días con tus familiares. Cuando mi gatito era pequeño lo acostumbré a viajar en coche y siempre que iba a ver a mi padres me lo llevaba. Tenía su pequeña maleta: el trasportin, sus cuencos de comida, la comida, la tierra y sus juguetes. Como era algo que hacía una vez al mes, no necesitaba darle ninguna pastilla, lo metía en su caja y se dormía. Eran tres horas de viaje.
Cuando se fue haciendo mayor, si solo era un fin de semana, se quedaba en casa con comida suficiente y la arena cambiada. Así no necesitan nada más. El problema apareció cuando me fui a un viaje largo de 20 días. ¿Qué hacía con él? La veterinaria me explicó que los gatos lo que echan de menos es su entorno, así que lo mejor era dejarlo en casa los 20 días y que una persona se encargara de cambiarle la arena y echarle de comer. Y así lo hice. La otra alternativa era llevarlo a una de las guarderías de animales. Es cierto que los cuidan muy bien, pero me dio un poco de pena llevarlo a un lugar extraño con gente que no conocía.
Para mí fue la mejor opción, es cierto que cuando regresé no me lo podía quitar de encima, me perseguía por toda la casa y siempre estaba a mi lado.