Para que la convivencia con estos animales sea saludable y agradable – y su casa esté siempre limpia y con buen olor – es necesario tener algunos cuidados importantes, que te dejo, a continuación:
Lo primero es educar tu mascota desde los primeros días a hacer sus necesidades donde debe. Cuando haga sus necesidades donde no debe, debes reprimir con firmeza y enseña el lugar correcto. Echar la bronca sin haber pillado en animal en pleno acto no funciona.
Limpia muy bien el local con alcohol y vinagre blanco y cubra con cartón para disimular el olor por un tiempo, así el animal no sentirá tentación de hacer pis o caca de nuevo en el mismo local.
Debes imponer límites y dejar claro para el animal en que habitaciones puede estar o transitar. Si no quieres que suban en tu cama, no debes abrir ninguna excepción nunca.
Si sientes que tu mascota necesita un baño, puedes probar un método casero de baño seco, muy natural, capaz de eliminar olores desagradables del animal sin perjudicar su salud: una parte de vinagre de manzana, una parte de alcohol, una parte de agua templada. Pasa en el cuerpo del animal y después seca con una toalla.
Aparte de este truco de baño seco, tu perro debe tener baños frecuentes. Cuando le des baño, aprovecha para lavar su camita, mantita y juguetes. Lava todo y deja expuesto al sol.
Si tu casa está llena de pelos, cepilla la mascota siempre que puedas, en el sentido contrario del nacimiento para eliminar los que ya están sueltos. Un buen pienso es capaz de mejorar la salud del pelo de tu mascota y evitar la caída.
Para retirar los pelos de alfombra, sofás y suelo, lo mejor es usar una aspiradora. Antes de poner las ropas en la lavadora, es importante cepillarlas antes para quitar los pelos.
Después de cada comida, lava y seca bien el plato de tu mascota. La humedad es ideal para los hongos y bacterias, que provocan problemas intestinales.
