Los perros utilizan ciertos movimientos y partes de sus cuerpos para enviar señales a otros perros, animales y seres humanos. Hay cierto número de maneras básicas con las que un perro puede comunicarse. Estos son movimientos de las orejas, los ojos y las cejas, la boca, la cabeza, la cola, y el cuerpo entero, así como gruñidos, gemidos y hasta aullidos.
“Una de las premisas más importantes para la subsistencia de las especies sociales, como son los perros, es tener la posibilidad de transmitir información de un individuo a otro con el objetivo de mantener la interacción del grupo en forma adecuada. Esto no es otra cosa que un sistema de comunicación, que en el caso de los perros no sólo existe sino que es muy complejo y está basado fundamentalmente en señales auditivas, visuales, olfativas y táctiles”, explica el médico veterinario Claudio Gerzovich Lis.
Mediante estas señales los animales no sólo mantienen el orden dentro del grupo, sino que también identifican y marcan su territorio, conocen el estado fisiológico y emocional de sus congéneres así como su rango social.
“De esta manera, expresan su estado emocional, deseos, necesidades y status. Además, este sistema de comunicación no sólo es utilizado por los caninos en su relación con sus congéneres sino también con los seres humanos, a pesar de que algunos de éstos lo desconozcan o lo nieguen”, dice el veterinario.
Por este motivo, es imprescindible que todos los propietarios o futuros propietarios de perros conozcan la forma en que estos animales se comunican para así aprender a entenderlos y comprenderlos. Esto facilitará una mejor convivencia entre dos especies, la humana y la canina, que sin lugar a dudas pueden establecer una comunicación fluida entre sí.
Para entenderlos
Antes de hacer cualquier interpretación hay que tener en cuenta las características del perro. Hay razas con orejas y rabos amputados, orejas extremadamente caídas, párpados de “ojitos tristes” y muchas otras características que podrían complicarnos a la hora de saber lo que realmente está pensando el perro.
Señales acústicas: del ladrido al aullido. Ladra, gruñe, aúlla, gime... y es capaz de numerosos matices sonoros para expresar distintas emociones, llamar la atención, advertirnos de una amenaza, manifestar su dolor y hasta su aburrimiento. Los sonidos más comunes que emite un perro y sus significados son los siguientes:
Aullidos: es una llamada capaz de llegar a muy larga distancia y a menudo es una queja ante la soledad. Su antigua función en la naturaleza era comunicarse con el resto de la manada.
Ladridos: sirve como llamada, aviso, saludo, alarma y amenaza. Los ladridos agudos expresan también excitación y emoción.
Gruñidos: si se acompañan del gesto de mostrar los dientes denotan una clara amenaza, una advertencia y una actitud defensiva para marcar distancias. Tiene distintas intensidades hasta llegar al ataque.
Gemidos: sirve para mostrar dolor, sumisión y a veces cariño, como en los saludos. También es el lenguaje propio de los cachorros, que hasta el mes aproximadamente no emiten su primer ladrido.
Otros mensajes
Desde el lamido de sumisión o el relamido del hambre, pasando por el movimiento de orejas y ojos, la cabeza del perro es una auténtica fábrica de señales comunicativas. Con un golpe de cabeza o del hocico pueden saludar o pedir algo, como jugar o salir a la calle; lo mismo que si la apoyan en la rodilla del dueño, por ejemplo, o la colocan bajo la mano para pedir caricias.
El movimiento de las orejas
Las intenciones de un perro, sobre todo de las razas que poseen orejas erguidas, se manifiestan claramente a través de la posición de las mismas:
Si están rectas y erguidas indican una actitud de atención, alerta y vigilancia. Erguidas e inclinadas hacia adelante o vueltas a un lado denotan disposición al ataque. Planas o echadas hacia atrás son signo de inseguridad o temor. Tiesas pero con la cabeza ladeada significa expectación.
Cabe consignar, por otro lado, que el perro expresa su sumisión y su confianza ofreciendo a la vista las partes más vulnerables del cuerpo, como la pelvis o el cuello. Entre estos gestos se encuentra el de tumbarse con la espalda en el suelo y el cuello desprotegido, o simplemente recostarse sobre el lomo. También la postura de “hacerse más pequeño” es muestra de sumisión, encogiéndose un poco, bajando la parte inferior del cuerpo y agachando la cabeza, las orejas y la cola.
En tanto, la mirada directa, el gruñido y el querer parecer “más grande” son los signos evidentes de dominio y seguridad. El perro muestra entonces su autoridad levantando orejas y cola y manteniendo la cabeza erguida, sacando el pecho hacia adelante y, si es necesario, erizando el pelaje del cuello y el lomo.
Un indicador delestado de ánimo
Aunque todo el mundo identifica el movimiento del rabo con una expresión de amistad, el perro es capaz de matizarla variando la posición el ritmo y la intensidad del mismo.
Mueve la cola enérgica y rápidamente: indica actitud amistosa y alegre. Unos pocos golpes, con movimientos lentos y cortos, indica aprobación, sensación de estar a gusto. La cola levantada, con un movimiento amplio de un lado a otro, expresa dudas entre aceptación y rechazo. Colocada en posición horizontal indica satisfacción.
Una cola erguida denota superioridad, confianza y dominio. Si está además erizada, manifiesta agresividad. Entre las piernas, significa miedo o inseguridad. Rígida, alineada con la espalda y en movimiento lento, avisa de que el can está molesto o preocupado. Rígida y caída expresa deseos de pacificación. Agitación arrítmica y lenta del rabo es expresión de recelo.
Moviendo la cola el perro se comunica tanto con el hombre como con los otros perros.